La fiesta tiene una enorme acogida y en ella se muestran las elaboraciones más artesanales, la mayoría de empresas de pequeña dimensión, pero con unas calidades difíciles de igualar en el terreno industrial donde es preciso conjugar calidad, tiempo de elaboración y rentabilidad. Sin duda, en la actualidad existen marcas comerciales de gran calidad organoléptica (color, sabor, textura, olor…), pero en la industria cervecera convencional resulta muy difícil conjugar todas esas características con un precio asequible. La cerveza artesanal no busca, fundamentalmente, un mercado mayoritario, sino un público fiel a la calidad que ofrece, fiel a un producto singular que ha sido manufacturado sin prisas y sin demasiados condicionantes empresariales, siquiera sin los de una gran empresa. La cerveza artesanal busca un público que pagará un poco más sabiendo la diferencia que va a encontrar en ese producto de calidad relevante. Y ése es el motivo del éxito de esta Feria de la Cerveza Artesanal, cada vez más concurrida.