Quizás sea por eso que me encanta probar recetas con toques de otras gastronomías y, lo reconozco, la cocina oriental me encanta. En casa, suelo adaptar las recetas un poco, no sólo para que sean más de nuestro gusto, sino para facilitar que se conviertan en recetas de diario y no en comidas especiales. Es el caso de la receta de hoy, que es fácil y económica, sanísima, e ideal para los peques de la casa.
Ingredientes para 4 personas:
250 g de fideos chinos.
125 g de pimiento rojo.
100 g de pimiento verde.
65 g de cebolla.
50 g de almendras.
100 g de guisantes.
100 g de champiñones.
200 g de pechuga de pollo.
aceite de sésamo {se puede sustituir por aceite de oliva}.
1 cucharada de salsa de soja.
sal.
escamas de guindilla seca.
Preparación:
Trocear en tiras el pimiento rojo y verde, la cebolla; cortar en láminas finas los champiñones; cortar en tiras finas el pollo.
Ponemos un poco de aceite de sésamo en una sartén grande o un wok y salteamos el pollo cortado en tiras finitas y con unas arenitas de sal, hasta que esté doradito. Retiramos a un plato y reservamos.
En la misma sartén {añadimos un poco más de aceite si es necesario} y salteamos la cebolla, el pimiento rojo y verde y los champiñones. Ponemos sal con precaución, ya que la salsa de soja ya es salada.
Metemos los guisantes en el microondas, en un recipiente con tapa, durante dos minutos, para que estén cocidos, pero al dente. Añadimos a la sartén cuando las verduras comiencen a estar hechas, junto con las almendras, una pizca de guindilla, la salsa de soja y el pollo salteado.
Mientras preparamos el salteado, ponemos a hervir una olla con agua y sal. Hervimos los fideos chinos siguiendo las instrucciones del paquete. Suelen estar listos en 2-3 minutos.
En el último momento, añadimos los fideos escurridos a la sartén, damos un par de vueltas y servimos.