En esta ocasión, hemos utilizado arándanos, que además le dan un color espectacular al helado, pero podéis sustituirlos por vuestra fruta favorita. ¿Os apetece probarlo?
Ingredientes:
500 g de yogur natural sin azucarar {el griego queda más cremoso}.
300 g de arándanos.
200 g de leche condensada.
Preparación:
Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y trituramos. Si no queremos que quede ningún trocito de la piel de los arándanos, podemos pasar la crema por un colador fino.
Si tenemos heladera: es importante que hayamos metido el recipiente de la heladera en el congelador al menos con 24 horas de antelación. También ayuda que la crema esté bien fría, así que podemos meter la mezcla durante una hora en la nevera, para asegurarnos de que la temperatura sea la adecuada. Después, sólo tendremos que poner en marcha la heladera con la crema dentro, hasta que tenga la textura adecuada. Reservar en el congelador.
Si no tenemos heladera: hemos de meter la crema en el congelador dentro de un recipiente hermético. Cada 30-40 minutos debemos remover el helado concienzudamente, para evitar que se formen cristales de hielo; este proceso ha de repetirse durante unas cinco horas, hasta que se haya formado el helado.
Servimos acompañado de fruta fresca o nata, al gusto.