Por supuesto, graduad la cantidad de café instantáneo a vuestro gusto para hacerlo más o menos ligero. Si os gusta el café, estoy segura de que se convertirá también en uno de esos helados que no pueden faltar en el congelador y es que ¡¡es tan fácil de preparar!!
Ingredientes
2 cucharadas de café instantáneo.
1 cucharada de agua caliente.
100 g de azúcar.
5 yemas de huevo.
250 ml de nata para montar.
200 ml de leche.
1/2 cucharadita de extracto de vainilla.
Preparación
Disolver el café instantáneo en el agua caliente. Remover bien para que no haya grumos. Reservar.
Poner en un cazo a calentar la leche, la nata, la mitad del azúcar y la vainilla. Retirar del fuego cuando esté a punto de hervir.
Mezclar en un bol las yemas con el resto del azúcar. Le vamos añadiendo poco a poco la mezcla caliente mientras removemos (para evitar que se cuajen las yemas). Cuando hayamos mezclado todo, volvemos a poner toda la crema a fuego medio, removiendo constantemente, hasta que espese. Debe tener la textura de unas natillas ligeras.
Cuando esté listo, retiramos del fuego, y le mezclamos el café que habíamos disuelto en agua al principio. Colocamos la crema en un bol, tapamos con un film sobre la superficie (para que no se forme costra) y reservamos en la nevera, al menos 4 horas, hasta que esté completamente frío; lo mejor es dejarlo en el frigo de un día para otro, sobre todo si vamos a utilizar una heladera sin compresor.
Si utilizamos la heladera, recordad que el recipiente debe estar dentro del congelador al menos 24 horas antes de elaborar el helado. Seguimos las instrucciones de nuestra máquina para elaborar el helado; habitualmente se vierte dentro de la cubeta con la máquina en marcha y se deja entre 15 y 45 minutos, dependiendo de la máquina y de lo fría que estuviese nuestra mezcla. Una vez formado el helado, lo colocamos en un recipiente hermético y lo guardamos en el congelador hasta el momento de consumir.
Si lo hacemos sin heladera, debemos poner la crema en un recipiente hermético e ir removiendo cada 45 minutos muy bien, para evitar que se formen cristales de hielo, durante unas 4-6 horas, aunque depende de la potencia de vuestro congelador.
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