En el número 6 de la Rúa Santa Marta, en la ciudad de Vigo, existe un restaurante histórico: Casa Roucos. En la actualidad está regentado por los hermanos Sira y José Antonio, que continúan una labor iniciada hace muchas décadas preservando las recetas de una cocina tradicional realizada con productos gallegos. La cocina del Roucos es una cocina de enorme calidad que no deja a nadie indiferente, y así lo han defendido figuras relevantes de la literatura, de la pintura y de la música; por ejemplo, el pintor Laxeiro, entre otros. Hoy en día comparten la misma opinión Xosé Luis Méndez Ferrín —la máxima autoridad con vida de la cultura gallega—, Antón Pulido —uno de los pintores gallegos de mayor trascendencia internacional—, y el editor Bieito Ledo (Ir Indo Edicións), todos ellos coinciden en el buen hacer de la cocina de Sira y en la esmerada atención de José Antonio. Pero lo que nadie pone en duda es que las filloas del Roucos son las mejores de toda Galicia.
El ambiente de Casa Roucos es muy curioso y reúne numerosos cuadros y objetos de todo tipo, creando un ambiente casi ecléptico. Roucos es, sin duda, uno de las casas de comidas con mayor raigambre de Galicia. Sin embargo, las obras de remodelación del Barrio do Cura amenazan su existencia como si fuera una víctima colateral del progreso. Es hora de que la ciudad de Vigo, sin menoscabo de su evolución urbana, intente conservar aquellos locales de cierta importancia histórica. Casa Roucos tiene todo el mérito para sobrevivir a estas obras, pues ha servido de punto de encuentro y reunión para muchas personas cuyas discusiones y acuerdos influyeron notablemente —y siguen influyendo— no sólo en el devenir de la ciudad de Vigo, sino también de Galicia, y justo es que siga existiendo y sirviendo de referente.