Además de la yema de huevo y las almendras, lleva azafrán que actúa no sólo como condimento, sino también como colorante del guiso. Su preparación se popularizó a partir del siglo XIX porque, parece ser, era uno de los platos preferidos de la reina Isabel II.
Ingredientes (para 4 personas):
2 huevos cocidos.
1 pollo troceado.
1 cebolla grande.
2 cucharadas de harina.
Sal y pimienta.
1 diente de ajo.
1 hoja de laurel.
50 g de almendras.
Caldo de pollo.
1 vaso de vino blanco.
Azafrán.
2 rebanadas de pan del día anterior.
Preparación:
Salpimentar el pollo y pasarlo por harina. Freírlo en una cazuela, por tandas, hasta que esté doradito. Reservar.
En el mismo aceite, freír las dos rebanadas de pan. Reservar también, sobre un papel absorbente..
Sofreímos, en el mismo aceite, la cebolla y el ajo picados. Conviene que no se dore demasiado, para que no oscurezca la salsa.
Mientras tanto, en un mortero, majamos las dos rebanadas de pan frito, las almendras, el azafrán y las yemas de los huevos.
Volvemos a poner el pollo en la cazuela, le añadimos el vino y dejamos que reduzca unos 5 minutos. Tras este tiempo, incorporamos el majado, la hoja de laurel y cubrimos con caldo de pollo. Dejamos cocer a fuego lento unos 45 minutos, o hasta que veamos que la carne de pollo está tierna.
Antes de servir, añadimos las claras del huevo picadas y un poco de perejil.