Chiyuki Sugiyama sonríe desde el mostrador de Sen Japanese Bakery en Vigo, la primera panadería japonesa de España, mientras explica por qué en su país no se entiende el concepto de pan como lo concebimos nosotros: «Aquí el pan es solo pan, allí es algo más, pan con algo». A veces, cuenta, una pieza de pan es una comida única. La joven está totalmente integrada en Vigo y decidió aportar a la ciudad bocados deliciosos de su cultura.
A las 5 de la mañana enciende las luces de su tienda en el número 1 de la Travesía do Franco, junto a la céntrica plaza Chao en el Casco Vello para empezar a amasar sus bollos artesanales. La textura es esponjosa y blanda porque, según explica Sugiyama, la mandíbula de los japoneses no está hecha para masticar comida dura: «Nuestra dieta tiene de base arroz, pescado, verduras y otros alimentos blandos, por eso nos cuesta morder la corteza crujiente, a la que le llamamos ‘pan francés»«.
Sen Japanese Bakery o el pan de sabores que triunfa en Vigo
Chiruki abre su negocio a las 10h, cuando acaba de cocer los primeros bollos. En pocos meses sus variedades de pan cautivaron el paladar de una gruesa clientela que frecuenta a diario su tienda para explorar los sabores de Japón. «Los dorayakis y el pan de melón tienen mucho éxito porque salen en manga», cuenta mientras muestra un dibujo de Doraemon con su merienda favorita. Ella prefiere otros sabores: el pan de surimi y atún o el de cheesecake y arándanos, aunque el más popular en Japón es el de alubia roja, una delicatessen dulce y jugosa con una textura y sabor sorprendente.
La nipona recomienda probar el pan de queso y nueces (Kurumi), que suele colocar junto a otra elaboración apetecible, manzana y queso. Algunos de los ingredientes que suele añadir a sus panes son las pepitas de chocolate (Choco mochi pan).
La el amplio abanico sabores que hornea en la pequeña panadería le impide hacer Dorayakis todos los días, aunque casi siempre tiene algún ejemplar. El pan desalchichas tampoco está todos los días pero siempre tiene algunos ejemplares de bollos con corteza crujiente para adaptarse a la demanda tradicional. En su pequeña tahona también hay espacio para servir café al estilo nipón y diversas infusiones y bebidas importadas de su país.
Un rincón de Japón en Vigo en el que el gato es el rey
En la tienda de Chiyuki hay que entrar a cuentagotas, dentro no caben más de dos personas, pero merece la pena hacer cola para conocer este rincón tan genuino de Vigo. Es como asomarse a una esquina de Tokio en la que, como ocurre en la isla asiática, imperan la paz, el silencio y el culto a los gatos.
Suyuki explica que, además de amar a sus tres mascotas, trajo de su país los adornos de los felinos porque en Japón no se entiende un local en el que no se les rinda culto. Su última creación, de hecho, se llama «croque-monsieur» y es un pan con jamón, queso y bechamel que tiene forma de gato.
Aprendiz de grandes maestros
La panadera tiene 36 años, llegó a España con 22 y decidió estudiar hostelería en el Centro Superior de Hostelería de Galicia. Después de sumergirse en nuestra gastronomía aprendiendo de grandes maestros de la talla de Pepe Vieira en su restaurante de Poio decidió instalarse en Vigo para especializarse en pastelería elaborando los postres del restaurante El Silabario.
Ella siempre quiso ser panadera y, aunque fuera una empresa arriesgada, no dudó en abrir la primera panadería japonesa en Vigo y poner en práctica todo lo que había aprendido del oficio. Llego en 2015 a la ciudad «a ver a un amigo» y se sorprendió haciendo muchos más, como Natalia y Juan, a los que conoció ese mismo año: «me acogieron en su casa y me cuidaron como si fueran mi familia«. Después se enamoró de un vanguardista llamado Sly y se quedó en la ciudad que lo sigue llorando porque en todos estos años, Suyuki también aprendió a querer a Vigo y a hacerla suya.