Carlos Lemos era natural de Covelo (Pontevedra) y llegó a ser uno de los mejores restauradores de Lisboa, a donde había emigrado con la edad de doce años. Fue alumno de la primera promoción de la escuela de hostelería de Lisboa y luego entró como Jefe de Sala en el restaurante Veracruz, ubicado en la Avenida da Liberdade, uno de los mejores de Lisboa en aquella época. A los veintitrés años se estableció por su cuenta con el restaurante Don Pepe, en Estoril, que llegó a ser un referente de calidad. Luego, en el año 1975 retornó a Vigo y abrió el restaurante Las Bridas, en la Rúa Ecuador.
Durante su etapa viguesa, Carlos Lemos participó en diversas ferias internacionales, como la World Fishing Exhibition; participó en las Xornadas de Cociña Galega en Portalegre, en Brasil; participó en numerosas jornadas gastronómicas en Lisboa, en Oporto, en Palma de Mallorca, en Gran Canaria, en Murcia, y también en el Hotel Ritz, de Madrid. Presidió el Patronato Rías Baixas y fue Presidente de la Asociación de Hosteleros de Vigo durante veinte años, y promovió destacadas instalaciones hosteleras en la provincia de Pontevedra, como el Convento de Vilavella, en Redondela, y el Castelo de Soutomaior.
Carlos Lemos era un hombre afable y un trabajador incansable que encumbró la hostelería gallega, y merece, cuanto menos, un inolvidable recuerdo.