El restaurante Xantana, conocido por su singular propuesta de cocina multicultural, cerrará sus puertas mañana, 15 de marzo, tras más 18 años de actividad. Guillermo Herrero, de 69 años, y su compañera Ana Valença han decidido poner fin a esta etapa para disfrutar de una merecida jubilación y explorar una nueva libertad que califican de «estimulante». «Creo que es realmente importante saber poner fin de los capítulos de nuestra vida y vivir sin apegarse demasiado a ellos… supongo que es una de esas cosas que he aprendido con la edad», nos confiesa Guillermo.
Un viaje a través de los sabores del mundo
Desde su apertura, Xantana se convirtió en un referente en Vigo para quienes buscaban algo más que una simple experiencia culinaria. Su carta, diseñada como un libro de viajes, permitía a los comensales recorrer el Magreb, la India o el Mediterráneo Oriental sin levantarse de la mesa. «Todos los comensales deben ponerse de acuerdo en el viaje que quieren hacer, y el menú se compone de una degustación de primeros y un segundo individual», explica Guillermo Herrero.
La oferta del restaurante también incluía un menú del día cambiante, con opciones vegetarianas y elaborado siempre con ingredientes frescos y locales y «es que a las 9 de la mañana Ana y yo recorríamos el mercado pensando en qué nos gustaría comer, y cocinar, cada día». La autenticidad y el respeto por las recetas tradicionales fueron una constante que diferenciaron a Xantana en el panorama gastronómico de la ciudad.
La idea de Xantana nació de la pasión de Guillermo y Ana por viajar y conocer otras culturas a través de su gastronomía. «Si quieres saber cómo es la gente de los lugares a los que viajas, tienes que fijarte en su cultura gastronómica», afirma Guillermo. Este concepto se materializó en una propuesta única que unía sabores exóticos y experiencias compartidas.
El restaurante fue más que un lugar para comer; fue un espacio donde las personas podían conectar con el mundo a través de la cocina. «Nosotros no podríamos defender una carta en la que no creemos, en la que no disfrutamos. Sería un esfuerzo ofrecer algo en lo que no confiamos», asegura Herrero.
Decisión meditada y un adiós con avalancha de clientes
La decisión de cerrar Xantana no fue tomada a la ligera. «Esto se disfruta cuando estás cómodo, si no, no se disfruta tanto. Y ha llegado un momento en que no estamos tan cómodos», confiesa Guillermo. Desde que se hizo pública la noticia, el restaurante ha vivido una avalancha de visitas. «Clientes, amigos, y personas que quieren comer en nuestra casa por última vez o simplemente despedirse de nosotros», relata emocionado, «sentimos que algo hemos hecho bien a lo largo de estos años».
Un legado que continúa
El espacio de Xantana no quedará vacío. Guillermo adelanta que será ocupado por un equipo de cuatro personas, incluidos dos cocineros con raíces mediterráneas, principalmente italianas. «Mantendrán la esencia del lugar, buscarán desmarcarse de lo que ya se hace en la ciudad», explica, «así un poco de esa filosofía de Xantana se mantendrá». Para Guillermo y Ana, el cierre de Xantana marca el inicio de una nueva etapa. «Después de tanto tiempo, más de 18 años, nos dirigimos al abismo de la nada. Es estimulante pensar en esa libertad total», reflexiona Guillermo.
El cierre de Xantana deja un vacío en la escena gastronómica de Vigo, pero también el recuerdo de un proyecto único que durante casi dos décadas invitó a sus clientes a viajar por el mundo desde el corazón de la ciudad.