Sin duda, para mí, es la favorita entre las sopas frías típicas de nuestra gastronomía. Una receta económica y fácil, apta para principiantes en la cocina, que se suele acompañar con huevo cocido y jamón serrano picados. A nosotros también nos gusta ponerle un poquito de queso semicurado rallado, que le da un toque diferente.
Ingredientes para 4-6 personas:
1 kg de tomates maduros.
200 g de pan.
150 g de aceite de oliva.
sal.
2 dientes de ajo.
Para acompañar:
huevo cocido picado.
jamón serrano picado.
queso semicurado rallado.
Preparación:
En la batidora de vaso, trituramos los tomates cortados en cuartos. A mí me gusta después pasarlo por el chino, para retirar posibles restos de semillas y pieles. Una vez colado, vuelvo a poner este puré de tomate en el vaso de la batidora.
Añadimos el pan en trozos pequeños. Dejamos reposar con el puré de tomate unos 15 minutos, para que se vaya ablandando.
Añadimos la sal y los dientes de ajo y volvemos a triturar todo junto. Entonces, añadimos el aceite de oliva y volvemos a triturar hasta que nuestro salmorejo tenga una textura uniforme y un bonito color anaranjado.
Reservamos en la nevera hasta el momento de servir.
Servimos bien frío, acompañado de lo que más nos guste. Lo tradicional es huevo duro y jamón serrano picado, aunque en casa gusta mucho ponerle un poquito de un buen queso rallado por encima.