A veces, los ingredientes de siempre nos cansan, siempre los consumimos de la misma manera… Esta tarta nos da la oportunidad no sólo de homenajear a nuestra tierra gallega a través de la gastronomía, sino también de redescubrir los productos de todos los días, que tenemos tan cerca de nosotros.
Ingredientes:
1 lámina de masa quebrada (o masa de hojaldre, al gusto).
2 cucharadas de salsa de tomate.
100-150 g de queso San Simón da Costa, rallado grueso (u otro queso de vuestro agrado).
1/2 cebolla.
un puñado de piñones.
un envase de 1/2 kg de grelos ya cocidos, bien bien escurridos.
200 ml de nata para cocinar.
1 huevo.
nuez moscada molida.
pimienta negra molida.
sal.
aceite de oliva.
Preparación:
Precalentamos el horno a 200ºC.
Preparamos el relleno. Para esto, calentamos el aceite en una sartén y en él sofreímos la cebolla picadita. Salpimentamos. Cuando la cebolla esté hechita le añadimos los piñones, le damos un par de vueltas, y enseguida agregamos los grelos, muy escurridos y un poco picados.
Le damos un par de vueltas más, y añadimos la nata y la nuez moscada. Dejamos reducir un momento, para que el relleno no quede demasiado líquido.
Colocamos nuestra lámina de masa (quebrada o de hojaldre) en el molde y le untamos la salsa de tomate por el fondo. Encima, distribuimos el queso rallado.
Batimos un huevo y lo mezclamos con los grelos. Distribuimos esta mezcla por encima del queso. Podemos ponerle otros poquitos piñones por encima, como para decorar.
Llevamos al horno durante unos 25-30 minutos, hasta que veamos la tarta dorada en la superficie y la base de masa esté hecha. Servimos templada o fría (que es como más me gusta a mí, de un día para otro).