Ingredientes para un molde de 15 cm
Para la base:
100 g de galletas.
50 g de mantequilla.
Para la mousse:
250 g de yogur de fresa
200 g de nata para montar.
20 g de azúcar blanquilla.
43 g de gelatina sabor fresa {1/2 sobre}
100 ml de agua.
Para la cobertura:
125 g de mermelada de fresa o frutos del bosque.
2 hojas de gelatina.
Preparación:
Forramos la base de un molde desmontable con papel de horno, así será más fácil llevar a la fuente de servir. Preparamos, en primer lugar, la base de galletas. Para ello, trituramos las galletas hasta hacerlas polvo, ya sea con ayuda de un robot de cocina, o a mano con un rodillo. Mezclamos las galletas con la mantequilla fundida. Cubrimos la base de nuestro molde, apretando bien las galletas. Reservamos en la nevera.
Calentamos 100 ml de agua y disolvemos en ella la gelatina de fresa y el azúcar, mezclando bien hasta que esté la gelatina bien disuelta y sin grumos. Añadimos a la gelatina el yogur y mezclamos de nuevo, hasta que esté bien incorporado. Dejamos templar la mezcla.
Montamos la nata con ayuda de unas varillas.
Vamos incorporando poco a poco la nata a la mezcla de yogur y gelatina, suavemente y con movimientos envolventes. Vertemos la mezcla sobre la base de galletas e introducimos en la nevera, un mínimo de 4 horas, aunque lo mejor es que un día para otro.
Para la cobertura, ponemos a remojo la gelatina en agua fría. Cuando estén bien hidratadas, las escurrimos y las disolvemos en 50 ml de agua caliente. Mezclamos con la mermelada y vertemos con mucho cuidado sobre la tarta. Dejamos enfriar de nuevo, unas 2-3 horas antes de desmoldar.
Esta tarta también queda deliciosa como semifrío. Una vez cuajada, la guardamos un par de horas en el congelador y servimos así, con textura de helado.