A altas horas de una madrugada de 2013 el vigilante del hotel del Madrid en el que trabajaba Luis Rubén Sosa lo avisó de que estaban robando material del establecimiento. No dudó en alertar a su compañero Jesús Manuel Martínez, que a su vez avisó a un tercero, Senén Rodríguez. El tercero los dejó atónitos al subirse a una carretilla elevadora y empezar a perseguir a los ladrones como si de un todoterreno se tratara.
«¿Este hombre sabe lo que hace?», se preguntó en alto Jesús Manuel a sí mismo. Sosa respondió en la misma situación: «Por supuesto que lo sabe ¿No lo ves que va rápido y furioso». Esa anécdota fue el comienzo de una amistad que desemboca en Vigo y da nombre a su nuevo negocio en el número 8 de la calle Elduayen, ‘Fast and Furious’, un restaurante de comida mexicana donde sus tres socios emprenden una aventura común.
Tras la carta y los fogones está Sosa, mexicano de nacimiento y vigués de adopción, lleva más de 20 años viviendo en la ciudad. Cuando explica la receta de cada uno de sus platos expresa pasión y respeto por la tradición culinaria de su país.
Local con potencial y experiencia gastronómica
Sosa y sus amigos quieren que Fast and Furious madure como sus mejores recetas «a fuego muy lento». Hace tres semanas que inauguraron y todavía no tienen redes sociales, consideran un acierto esperar a que pase «el ruido de la Navidad» y los vecinos se asienten en su rutina para «conocerlos mejor». Quieren que en el restaurante brinden grupos de amigos y vecinos, crear un ambiente familiar y de camaradería: «Esto está hecho para los vigueses, estamos aquí por ellos y nos quedaremos para ellos».
El local, de 160m2 y tres de sus paredes acristaladas, da a tres calles: Elduayen, Misericordia y Sombrereiros. Sosa es consciente de que acogió a otros proyectos que no prosperaron, pero confía en el potencial de la zona tras la peatonalización de la zona y el desarrollo del colindante Barrio do Cura. Es consciente del riesgo, por eso no tiene prisa y, de momento, espera a sus clientes de martes a domingo de 08:30 de la mañana a 23:30 horas.
Tradición mexicana y calidad de la materia prima
A la gente le interesa la vertiente mexicana, entonces decidimos enfocarnos en ella aprovechando la materia prima que nos ofrece la ría para diseñar, además del producto típico como los tacos de cochinita pibil, tacos al pastor (con pecho de ternera) marisco y algunos tipos de pescado.
Apuestan por elegir ingredientes que son de calidad y por hacer la comida elaborada al momento, una opción que se nota en el guacamole: nunca está oxidado y ofrece todos los matices de los ingredientes frescos.
La carta también rinde tributo a la gastronomía hispana y gallega: desde zamburiñas a jamón ibérico o chipirones en tempura: «Si vienen una pandilla de amigos a los que a la mitad les gusta la comida mexicana y a otra mitad no, los acogemos a todos».
Nachos, toritos y otras delicias de la cocina mexicana
Los puristas de la cocina mexicana reconocerán que los nachos no son realmente nachos sino totopos: visualmente son muy parecidos, pero la masa se elabora con harina de maíz, un detalle que marca tanto su sabor como su textura, no se rompen. La masa es artesana y los ingredientes se mezclan en el restaurante. Su receta es ancestral.
El plato estrella no es el burrito, es el torito: «En México hay mucha tradición taurina y los toritos son iguales que los burritos, pero como los toros son bravos, son picantes». Con un solo torito comen dos personas, está diseñado para compartir
Con las quesadillas ocurre lo mismo que con alguna que otra receta que así lo requiere. Se fusiona la cocina mexicana con la gallega y el ingrediente principal se cambia por un queso do país: «Utilizamos tetilla porque es más cremoso y apropiado».
Tequila, cerveza y vinoteca
Desde el vaso también se viaja y «como buen mexicano en mi restaurante no puede faltar el buen tequila; apostamos por el Corralejo reposado, Don Julio, Tequila 1800 y tequila con chocolate». La cerveza también llega del otro lado del charco y la Negra Modelo es la más buscada.
En «Fast and Furious» también se marida con vino y así lo indica el gran cartel que lo categoriza como vinoteca. En la carta se encuentran vinos de bodegas de altos de Altos de Torona, Rioja, Rivera del Duero, Riveiro, Mencía y Godello.
Mariachis y espectáculo para «los amigos»
Sosa empieza la presentación acentuando la literatura de su relato: «Tengo un gran amigo, Sebastián Caramés al que conocí en Ourense de una forma un tanto peculiar». También es mexicano. De tabasco. «Y toca muy bien la guitarra». Es mariachi.
Sosa, propietario de varios locales de hostelería en la ciudad, comenzó a coincidir habitualmente con él en algunos eventos y apreció sus habilidades musicales. Un día alguien preguntó por la disponibilidad de algún músico, Sosa lo recomendó. Como no sabía si tocaba de forma profesional o no, huyó hacia adelante y aseguró que se dedicaba a ello y, además, le puso caché: 100 euros la hora. Caramés aceptó. Y se lo pasó muy bien. Fue su primera noche de fiesta juntos.
El de Tabasco vive en Ourense y Sosa está dispuesto a subirle el caché para traerlo una vez al mes a ‘Fast an Furious’: «Vamos a esperar a que acaben las fiestas y comprobar la acogida que tiene, pero lo veo como un evento íntimo con conocidos, amigos y vecinos en el que compartamos la pasión por la cultura mexicana».
Si el show de Caramés funciona, asegura, habrá más.