Al renovar un espacio o decorar el interior hay que tener en cuenta una serie de factores, incluida la personalidad de quienes hacen uso de los ambientes. Esto es primordial a la hora de decidir qué estilo utilizar, pero también al escoger los colores de las paredes.
Saber elegir los tonos para crear la combinación de colores ideal no es tan fácil como se cree y entran en juego diversos factores. En otras palabras, para comprar la pintura para interior hay que considerar el uso que se le da al espacio, cuántas personas lo habitan, la cantidad de luz natural y artificial disponible y el tamaño de la estancia.
A partir de allí se puede determinar el tipo de pintura y el o los tonos que se pueden usar, así como combinación con muebles, lámparas, alfombras y todo en conjunto para que los ambientes sean confortables, estéticos y prácticos.
Por ello, se ha elaborado esta guía que abarca todo lo que hay que saber sobre el color y el tipo de pintura en la decoración de interiores.
Qué pintura debemos usar para pintar interiores
La industria de pinturas es tan amplia como las necesidades de cada proyecto. Cada día salen al mercado nuevas modalidades con diversas prestaciones. Pero básicamente hay dos tipos: al agua y con disolventes. En ambos casos hay miles de subtipos y aplicaciones:
Plástica o de látex
Su uso más frecuente es para pintar paredes en el interior, aunque también puede utilizarse en el exterior en función de su composición.
Como el agua les sirve de disolvente, la mayoría de las pinturas plásticas o de látex son lavables tras su aplicación, pero solo si la superficie se seca bien. Son ideales para todo tipo de techos y paredes de pladur, yeso, escayola, cemento, piedra y más.
Pinturas de esmalte acrílico o sintético
Son pinturas extremadamente duraderas que se presentan en acabados mate, satinado y brillante y están hechas de resinas sintéticas o acrílicas a base de disolventes.
Se utilizan con frecuencia para pintar madera y metales y son muy bonitas y protectoras. Además, pueden utilizarse en la mayoría de las superficies sin mayor problema.
El brillo
Bien sea al agua o con disolventes, el brillo varía de acuerdo al tipo de pintura requerida para cada proyecto. En tal sentido, las hay completamente mates y brillantes.
Sin embargo, están las satinadas que no son ni lo uno ni lo otro, sino que tienen un ligero brillo sedoso que da un toque especial como revestimiento.
Sobre colores, tonos y matices
Cuando se dice que se siente predilección por el azul o el verde para una habitación es una manera muy genérica de mencionar un color. Dentro de la inmensa gama de azules y verdes hay tonos y matices.
Desde el más oscuro hasta los casi blancos. Cuando se elige un color, luego hay que ver qué matiz dentro de su gama se puede usar en determinadas paredes o espacios. Si la habitación es luminosa y grande se pueden emplear los más oscuros, pero si es pequeña o le falta luz natural mejor son los pálidos.
También se puede usar una combinación en la cual una pared sea más oscura que el resto y se crea un efecto más dinámico.
Los muebles, cuadros y demás elementos
No se puede escoger un color para una habitación de la casa o sitio de trabajo sin considerar los muebles y los elementos que están en dicho espacio. Los sofás, las mesas, alfombras, cuadros o escritorios en el caso de las oficinas ayudan a determinar los colores y tonos de las paredes.
Si se tiene dudas es mejor elegir colores y matices neutros. El blanco nunca decepciona y va bien con todo. Pero, los beige claros, cremas y otras tonalidades casi blancas se pueden emplear en cualquier decoración.
El tamaño y la luz
Como se dijo, los colores claros ayudan a dar sensación de amplitud e iluminación, mientras que los oscuros hacen lo contrario.
Además, la ubicación de las ventanas con respecto a la trayectoria del sol pueden determinar también los colores. Mientras más luz haya, se puede añadir un grado más de oscuridad a los matices de un color.