Esa coyuntura inevitable e innata en la que nos vemos envueltos cuando tenemos a nuestros pequeños vástagos frente a nosotros, también nos obliga a ofrecerles un entorno agradable, cómodo y sano donde puedan desarrollarse como personas completas.
El ambiente familiar, del barrio, en la escuela son lugares donde el crío aprenderá, en un principio copiando, emulando lo que se desarrolla ante sus ojos, pero es en la soledad de su habitación donde se asimilarán los detalles y los conocimientos aprendidos. Es por tanto de vital importancia crear un ambiente en su dormitorio que facilite esa capacidad de abstracción, de independencia y seguridad que un niño necesita para aceptar y comprender los conocimientos diarios.
Con un entorno íntimo, elegante y atractivo para el niño, como los que ofrecen desde la empresa El Pájaro Carpintero, tendremos la seguridad de que se encuentra en el ambiente ideal para asimilar y para desarrollar sus propias ideas y personalidad, para que le sirvan para lograr su propia felicidad.
Las habitaciones infantiles deben tener un diseño apropiado, pensado para satisfacer la personalidad del niño. Un lugar que le permita imaginar, jugar y comenzar a ser independiente. Es por esto que hay que escuchar con atención lo que el niño quiere o le gustaría, y ofrecérselo en la medida de nuestras posibilidades.
Deberíamos dejar que eligiera por sí mismo el color de las paredes, el estilo y distribución de los muebles, y la decoración. Con esto el niño sentirá que su dormitorio le pertenece y se sentirá más cómodo dentro de él. Estos detalles les serán muy útiles para concentrarse en los estudios, en la práctica de alguna actividad artística o, en sus momentos de juego, para desarrollar libremente la imaginación.
Adaptar los gustos de tu hijo al Feng Shui
Para seguir en el buen camino, aportando el lugar ideal para que tu hijo crezca sano, feliz y creativo, una vez que haya elegido cómo será su habitación, si no comete demasiadas extravagancias, será nuestro deber, con tacto y psicología, realizar los cambios oportunos para que su cuarto esté energéticamente equilibrado. Esto quiere decir que su distribución y particularidades estén en armonía.
El feng Shui es un arte milenario que se ha comprobado de gran eficacia como acompañamiento al crecimiento de los niños, aportando espacios seguros y saludables, lo que consigue que los niños estimulen de forma natural áreas tan importantes en su personalidad como el afecto, la sociabilidad y sus capacidades intelectuales, físicas y espirituales.
Con esta técnica conseguimos dirigir la energía que los niños despliegan durante su crecimiento para que interactúen positivamente con el medio, aprendiendo continuamente a enfocar con acierto sus habilidades y conocimientos adquiridos, con lo que se reforzará su autoestima, aumentando la confianza en ellos mismos para explorar, ser curiosos, aprender de los errores y organizar sus pensamientos y acciones.
Es, como estamos viendo, de gran importancia ofrecer a nuestros hijos estos espacios de libertad e independencia. Los dormitorios se convierten en universos privados, un lugar que canalizará sus emociones, inquietudes, fantasías y desconciertos. El lugar donde, si nos descuidamos, pueden aparecer los primeros trastornos de conducta, conflictos y problemas de salud emocional. Sobre todo, en los tiempos que corren, en los que el mundo se abre, tal vez, demasiado pronto a nuestros hijos con el acceso a tecnologías como internet.
En la medida de lo posible y con ayuda del Feng Shui, mejoraremos aspectos como sus horas de descanso, su concentración, la iniciativa, y la salud en el más amplio sentido de la palabra. La limpieza y el orden deben ser los primeros aspectos educativos que deben aprender sobre sus territorios.
Para el Feng Shui es muy recomendable la partición del dormitorio en dos zonas bien diferenciadas, la zona de juegos y la zona de estudios. Aunque, si por tamaño de la habitación no fuera posible, tendríamos que recurrir a una organización virtual del espacio, ya sea con colores, distintos muebles o receptáculos, útiles para guardar los juguetes o los materiales usados para estudiar cuando se terminen de usar.
Si, como decimos, el ambiente es muy pequeño, los muebles deben ajustarse para que no entorpezcan el paso ni la circulación de la energía. No se debe olvidar que hay que quitar de la vista de los pequeños los juguetes que inviten a la acción o los deberes que no se han terminado durante el día antes de ir a dormir.
Siempre que se pueda deberíamos optar por usar muebles modulares, pues ayudan a reorganizar el entorno según lo que necesitemos en cada momento y son muy cómodos para recuperar el orden que debe tener la habitación. Es, así mismo aconsejable, que los muebles sean redondeados en su diseño, evitando las esquinas y las puntas incómodas o amenazantes que subliminalmente hacen que emitamos energía negativa y agresiva por temor a que puedan dañar a nuestros hijos.