El bolso de Louis Vuitton: un precio que marea a muchos. Rihanna, Eva Longoria, Jane Fonda, Sarah Jessica Parker, Angelina Jolie, Alexa Chung… la lista de celebridades, pero también de simples mujeres de todo el mundo, que adoran los bolsos Louis Vuitton puede ser interminable.
Suspiran por los más reconocibles con el lienzo Monogram (el diseño incluye las iniciales LV, círculos, motivos florales y diamantes), que el hijo de Vuitton, George, diseñó en honor a su padre en 1896. Además, el adorado baúl de Audrey Hepburn, el Speedy, y el bolso Noe, que fue encargado por un productor de champán para contener cinco botellas (¡y se rumorea que realmente las contiene!), suelen estar en la lista de deseos.
La pasión por el sello LV va de la mano del precio: se trata de algunos de los accesorios más caros del mundo. ¿Cuánto cuestan entonces los diseños de la famosa marca? Primero buscamos en la fuente más fiable, la página web oficial de Louis Vuitton. El nuevo bolso LV Pont 9 – 3.900 dólares. El baúl con monograma Petite Boite Chapeau cuesta aún más, 4.850 dólares. El clásico shopper, Onthego Gm, por su parte, cuesta 3 350 usd, y el popular City Steamer MM, dependiendo del color y los estampados, entre 3 500 y 4 950 usd. El bolso marrón, muy apreciado por las editoras de moda y los estilistas, cuesta 1.780 dólares. El icónico bolso Alma en negro y con un estampado de LV exprimido: usd 2 270.
¿Bolsos Louis Vuitton baratos? Imposible
Durante años, los aspirantes a clientes de la casa de moda francesa se han preguntado cuál es el secreto que se esconde tras el vertiginoso precio de los bolsos de LV, si realmente son tan sinónimo de lujo como se dice y qué es lo que los convierte en una inversión para años, cuyo valor aumenta con el tiempo. La respuesta a esta pregunta no está clara, ya que varios factores contribuyen al coste de cada modelo.
Costura a mano
Los bolsos de Louis Vuitton no se fabrican en grandes fábricas, sino que son hechos a mano por artesanos de Europa y Estados Unidos especialmente formados para ello y que tienen que estudiar durante todo un año para poder realizar su propio trabajo. Además, cada pieza debe ser igual, incluso hasta el número de puntadas. El precio del bolso incluye un salario justo por el duro trabajo y la formación necesaria.
Tiempo de producción largo y exigente
Un bolso estándar de Louis Vuitton se crea en un centenar de etapas de producción, mientras que los modelos más detallados necesitan tres veces más para que la marca consiga el efecto deseado. Cada material que llega al atelier de Louis Vuitton se revisa con mucho cuidado, mientras que efectos como el brillo se consiguen con los métodos más naturales, como el «chamuscado» con ágatas calientes. Todo se cose a mano. La creación de un bolso de LV es un proceso largo y minucioso que cuesta mucho.
Irrompible
Los bolsos originales de Louis Vuitton se cosen, entre otras cosas, con piel de vaca y son impermeables e ignífugos, por lo que son muy difíciles de destruir. Antes de que las novedades lleguen a las tiendas, todos los modelos se someten a una «prueba de resistencia» como un coche Tesla. Se irradian con rayos ultravioleta, se dejan caer durante cuatro días seguidos desde una altura de casi 1,5 metros con casi 4 kg de peso en su interior, y se abren y cierran expresamente hasta 5.000 veces. Esto da al fabricante la seguridad de que la bolsa es lo suficientemente duradera como para acompañar realmente a los clientes durante toda la vida. Otro coste son los materiales, los detalles y, por supuesto, las pruebas.
Una historia de la que puedes formar parte
Cuando se habla de bolsos Louis Vuitton, es importante no olvidar la fascinante historia de la marca que se remonta al siglo XIX. Cuando el francés Louis Vuitton fundó su empresa en 1854, era un artesano y empresario que había llegado a París dos décadas antes en busca de un futuro mejor y aceptó un trabajo en Marechal, como empaquetador de maletas de los ricos franceses. Hizo un gran trabajo y, fascinado por las maletas, las miró con la suficiente atención como para darse cuenta rápidamente de que muchas de ellas eran poco prácticas y estaban lejos de ser prácticas.
A mediados de la década de 1850, creó una empresa y comenzó a vender maletas y baúles planos, que eran ideales para los viajes cada vez más populares (protegían el contenido y podían apilarse unos encima de otros para ahorrar espacio). El comienzo del siglo siguiente vio cómo la marca se fortalecía aún más gracias al trabajo de los herederos del diseñador, así como a nuevos modelos que formarían parte para siempre de la historia de la moda: el bolso de viaje https://shopsy.es/bolsos-de-viaje-de-mujer Keepall, el bolso de champán Noe, el bolso Speedy que protagonizó Audrey Hepburn en «Charada» (1963), anunciado por Twiggy Papillon. Por último, las boutiques de todo el mundo, las colaboraciones con los diseñadores de mayor talento, el empleo de los artistas más tomados.