El motivo, un fallo técnico. A pesar de la alarma inicial que surgió entre los usuarios, desde la compañía tranquilizaron a todos los viajeros indicando que no se trataba de ninguna incidencia grave y no sería necesario utilizar otro avión pero sí les advirtieron de que la nave necesitaba ser revisada por un especialista.
La cuestión que comenzó a irritar a los pasajeros es que ese técnico tenía que venir desde Oporto, por lo que la espera sería larga. Después de cerca de una hora sin saber nada, Ryanair trasladó a los afectados de que en un plazo aproximado de dos horas adicionales les ofrecerían más información sobre la nueva hora de salida.
El enfado se apoderó de muchos de ellos, que tramitaron la reclamación correspondiente al tener derecho a una indemnización por una demora superior a las dos horas en la salida del vuelo. Algunos usuarios habituales de esta ruta incluso se quejaban de que no fuese la primera vez que les pasaba lo mismo en fin de semana.
Finalmente, a las 22.38 horas, cuatro horas después de lo previsto, despegó el avión rumbo a El Prat, donde aterrizó a las 23.54 horas, casi a medianoche, de tal forma que los viajeros llegaron a sus alojamientos ya de madrugada.
A las 4h de retraso de #Ryanair en vigo/bcn «18:35h» solo Le podía poner la guinda #aena en la t2 de bcn parando la cinta de maletas y poniendo más tarde los carritos cuando todas las familias esperaban en equipajes especiales. pic.twitter.com/c0VTXVAZXV
— mar mariña (@maremeu) 14 de julio de 2018