La ciudad de Santiago de Compostela está llena de curiosidades que no se deben perder. Los visitantes acostumbran a centrarse en la catedral y en las principales calles del casco viejo, omitiendo otras localizaciones que permanecen ocultas a la vista de los foráneos, con calles estrechas, pequeñas plazas, tabernas históricas y comercios antiguos. Pero las curiosidades más insospechadas se muestran en algunos escaparates dedicados a los recuerdos.
Casi todos ellos ofrecen los mismos objetos típicos que se repiten en todas partes de la ciudad. Sin embargo, el escaparate de un pequeño establecimiento de la Rúa do Vilar merece una detenida parada. En medio de un gran batiburrillo pueden observarse figuras esperpénticas y brujas de la lluvia al lado de imágenes del Apóstol Santiago en su versión de peregrino, al que llaman “El Berenguelo” en alusión a su emplazamiento en la torre de la campana Berenguela de la catedral.
Esta y muchas otras singularidades como ese cencerro que puede observarse en la fotografía y que tiene, según dicen, olor a campo y que ofrecen en varios tamaños. No todo van a ser recuerdos religiosos. Y al final de esa misma calle, poco antes de llegar a la Praza de Platerías, en algún escaparate ofrecen colgantes con una pequeña ampolla transparente en forma de lágrima que guarda una gota de lluvia de Compostela, pero que no está muy claro que en realidad sea agua del grifo.