Pocas personas que visitan Santiago de Compostela tienen conocimiento de que en lo alto de esa casa existe un campanario. Obsérvese en la fotografía, que parece un añadido al resto de la estructura del edificio. Sin embargo, ese campanario es original y corresponde a una antigua iglesia que ya existía en ese lugar.
Cuando se construyó el monasterio de San Martín Pinario —San Martiño Pinario—, uno de los mayores recintos históricos de Santiago de Compostela, los vecinos quisieron que el campanario quedara en el mismo sitio para oír el tañir de las campanas. Por eso la calle se llama “Campanas de San Juan”.
Es una calle muy pequeña y perpendicular a la Rúa da Troia, donde está la famosa Casa de la Troya, en las proximidades de la Catedral de Santiago. En ese entorno del casco viejo compostelano, además, existen algunos lugares muy recomendables para hospedarse y comer, como “Los sobrinos del padre”, especializado en el pulpo; y un poco más arriba, en la Rúa Porta da Pena, “Casa Felisa”, con una huerta en la que las mesas están bajo los árboles y con un ambiente muy agradable.
Todo ello muy cerca de la Rúa Costa Vella, otro lugar de visita obligada que sorprendió al premio Nobel de Literatura García Márquez en su visita a la ciudad y al que dedicó un brillante artículo.