Tras una visita a Os Peares y Carballeda de Avia, con parada como siempre ante su ayuntamiento y la iglesia en la que me encuentro también con un bonito palomar, hago una ruta por los molinos de Vilar de Condes.
Como casi todo lo que vengo a ver saco la información de internet pero para llegar a este molino te tenido que cruzar un pueblo por el que el coche casi no pasaba entre sus calles. O Muiño do Puzo se construyó encima de una gran roca que fue modificada para albergar la construcción de los canales que daban acceso al agua que provenía de un arrollo cercano. Delante, un gran pozo da nombre al molino.
Más adelante, en Avión, me detengo para fotografiar los hórreos de Barroso, una de la sconcentraciones de hórreos más importantes de Galicia. Se remontan al siglo XIV y se pueden contabilizar hasta 29 ejemplares, en su mayor parte en perfectas condiciones.
La siguiente parada es para ver el puente sobre el río Valdeiras. Ya pasé el cruce antes de ir a ver los hórreos pero como tenia que volver a pasar cerca del cruce decido dar vuelta y volver para verlo. Es un sitio idílico así que marece la pena ya que es uno de los sitios más bonitos que he visto hoy.
Cerquita de Avión me desvío al pueblo de Beresmo, donde de nuevo hay varios grupos de hórreos. Los primeros que me encuentro son los de Outeiro y luego visito los de la Eira de Beresmo, mejor conservados que los primeros.
De vuelta a Avión, me detengo en la Eira de Navas, con más hórreo y de nuevo veo otro grupo tras llegar a Beariz, donde la mayor agrupación está en la Eira da Forxa, así llamada porque antaño el camino conducía al taller donde ejercía un ferreiro.
Tras pasar por Soutelo de Montes me detengo a comer un bocata en la playa fluvial de Cerdedo, bastante deteriorada por las abundantes precipitaciones y el temporal que azotó la comarca de Tabeirós-Montes en fechas recientes.
Continúo ahora hacia el Monte Seixo y al llegar arriba voy primero al mirador en el que hay una caseta de vigilancia abandonada, sin puerta ni ventana y con las tejas caídas y movidas. Desde aquí se contempla un gran valle al pie de la montaña por lo que supongo que la caseta servirá de resguardo del ganado con el frío y la lluvia.
Llego a mi destino final, Monte Seixo, llamado el Olimpo gallego de los celtas. Este lugar lleno de mitos, leyendas y cuentos populares se ubica en la Sierra del Cando, próximo a Cerdedo. Siguiendo una pista en línea recta por lo alto del monte lo primero que nos encontramos es la llamada Cruz do Seixo, a la izquierda, y un altar rupestre. Se trata de una de las zonas más altas del monte desde la que se puede divisar una amplia zona repleta de formaciones rocosas, a cada cual más impresionante.
A doscientos metros de la Cruz do Seixo encontramos lo que para mí es el elemento más espectacular de todo el entorno. Se trata de la Porta do Alén. Tras llegar a un enorme conjunto de piedras te quedas fascinado con la caprichosa forma que éstas forman. Lo que primero llama la atención es uina gran fisura que a modo de puerta aparece como tallada entre las rocas. Dicha pueta está coronada por una piedra que puede que haya sido colocada por los pueblos que habitaron estas tierras en la antigüedad.
El «Portalén» o Porta do Alén significa puerta del más allá. Según la tradición hace de barrera entre el mundo de los vivos y de los muertos y se supone que traspasándola se llega a ese «otro mundo» aunque hay que cumplir una serie de ritos. Hay que cruzar siempre de norte a sur, también hay que llevar como ofrenda un poco de pan y vino, cosa que yo hice pero cambiando el vino por aguardiente que es lo que tenía en casa. Al pasar por la puerta llevo también una vela encendida pero con el viento que hace se me apaga continuamente.
Tras el «rito», a escasos cien metros me encuentro con otra pieza absolutamente descomunal como es el Marco de Vento. Es uno de los mayores menhires de Galicia con seis metros de altura y un elemento milenario que me dejó absorto con su espectacular belleza.
Para cumplir con mis propias «tradiciones» me dirijo al vértice geodésico donde una placa del Club Montañeros Celtas confirma su altitud, a 1.014 metros, lo que lo convierte en el segundo punto más alto de la provincia.
Aquí detuve la exploración, más adelante hay una capilla y en el monte hay muchas otras formas graníticas con histioria pero no pude diferenciarlas todsa ya que solo traía un plano con dibujos hechos por mí de las formaciones más llamativas y según de lado que se vean cambian mucho. La próxima vez los encontraré.