Casi son las diez de la mañana y llego a mi primera parada, Rodeiro, en el noroeste de la provincia de Pontevedra. Tiene una superficie de 154,2 kilómetros cuadrados y una población de 2.931 habitantes. Está situada a una altitud de 660 metros por lo que aún me falta otro tanto desde aquí hasta la cima de mi primera cumbre del día. Las fotos son del edificio del Concello y una rueda de carro en la plaza principal del pueblo.
Antes de ponerme en marcha con destino a Monte Faro, me detengo en la Alameda del pueblo, donde veo una escultura dedicada a las gentes de la Galicia rural por su trabajo, abnegación y experiencia.
Sigo por la carretera en dirección a A Nosa Señora do Faro y llego casi a la cumbre en coche. Hace un frío insoportable , aunque es más bien por el viento que hace que parece que corta la piel. Veo el teléfono pero como no tengo internet no me marca la temperatura aunque calculo que si en Rodeiro marcaba 2 grados en la cima estaré por debajo de los cero grados. Las fotos son de los rayos de sol apareciendo entre las nubes, desde la cumbre del Monte Faro.
Llego a una explanada cerca de la cima. Aparco el coche y cojo la bici para terminar la subida y recorrer un poco todo el entorno. Geográficamente, de modo orientativo, el vértice geodésico es el punto más alto de Pontevedra, con 1.187 metros en Monte Faro y además coincide en el centro de Galicia por lo que desde la cima se divisan amplias vistas de las cuatro provincias ya que linda con Pontevedra y Lugo y queda muy próximo a Ourense y A Coruña.
La cumbre se encuentra en la sierra del mismo nombre y divide los concellos limítrofes de Rodeiro y Chantada. Existe un mirador desde el que se pueden divisar muchos de los municipios de los aldededores como Dozón, Rodeiro, Chantada, Monterroso, Taboada… Junto al vértice geodésico se levanta una construcción acristalda que forma parte de la compañía eléctrica que saca rendimiento al viento reinante en estos montes. Para mitigar el impacto visual se ha construido un mirador y al lado hay una caseta para el control y vigilancia de incendios.
En la cumbre, además, me encuentro con un paisaje elaborado con azulejos.
A escasos metros de la cima de Monte Faro, sobre otro promontorio de 1.115 metros, ya en Chantada, se localiza el Campo da Festa, en donde se encuentra la Ermida da Nosa Señora do Faro. El actual templo es de la segunda mitad del siglo XVII con reformas en los siglos posteriores y en septiembre se celebra una romería cuyos orígenes se pierden en los tiempos y cuya protagonista es la Virgen, conocida aquí como «A filla».
Además de la iglesia y el Campo da Festa llama la atención el Vía Crucis que llega al templo desde el lado norte del monte y el espectacular cruceiro que representa a Adán y Eva y la escena de la crucifixión.
Termino el paseo y vuelvo a Rodeiro donde cojo una carretera que me lleva a Agolada, que se encuentra a 581 metros de altura y cuenta con 2.926 habitantes según el censo de 2011. Las fotos, como siempre, son del edificio del Concello y la plaza o alameda del pueblo.
Os pendellos de Agolada
Los alpendres de la feria son construcciones de piedra empleadas por los feriantes que llegaban desde puntos muy dispares para resguardarse, guardar caballerías o ganado, comer y hacer las ventas y las compras. Son construcciones humildes, que cumplían a la perfección la función para la que fueron diseñados.
Podemos distinguir entre los alpendres expositores, con los mostradores de mampostería para la exhibición de los productos. Los alpendres comedor, en el recinto ferial había ocho. El interior era un pequeño recanto en el que se albergaba la lareira, el resto se ocupaba con las mesas y bancos de madera. Los de dos pisos servían para guardar a los animales en la planta baja y en la de arriba estaban las personas. Hay mucha información de ellos en internet.
Bueno, pues después de salir de Agolada, pasar por Melide e infinidad de pequeñas aldeas de nuestro rural gallego, y siempre sigueindo mi GPS casero (notas y más notas) llego a Figueiras donde voy a dejar el coche y dirigirme en bici hasta la nueva cumbre del día. Es la subida al Pilar, que con 803 metros es el punto más alto de A Coruña. En la imagen bajo estas líneas, el vértice geodésico del Pilar.
Situado en los montes del Bocelo, muy cerca de Melide, es una montaña sin interés ninguno en cuanto a la montaña se refiere. Tiene una torre de vigilancia de incendios y admito que lo más complicado simplemente fue encontrar la carretera de subida a ese pico. Cuenta con alambradas para que no salga el ganado, que un paisano me abrió para que pudiese continuar con la bici sin parar.
Con mis dos cumbres del día superadas y como estoy cerca de Melide decido irme a la pulpería Ezequiel, que conozco de cuando pasé por el Camino de Santiago.
Como es temprano, de camino a casa pienso que podría ir a conocer un puente colgante cerca de Soutomaioir en el que no estuve nunca. No sé seguro dónde es y no traigo ninguna nota ya que no tenía pensado ir así que me pierdo un poco porque dejo el coche en un aparcamiento que encuentro al lado del río Oitavén pero el puente que quiero ver está más abajo.
De camino disfruto de las vistas del puente medieval de Comboa sobre el río Verdugo, en Soutomaior. Su diseño es de tres arcos de medio punto de diferentes tamaños.
En la carretera que une Pontecaldelas con Soutomaior, justo en la entrada de este último, a la derecha, existe un sendero de unos 1.000 metros que nos conduce a un lugar de cuento, donde el río Verdugo y el Oitavén se funden en uno y pueden ser cruzados por este puente colgante, quedando integrados en un bosque autóctono donde los colores toman tonos casi irreales.
La acción humana en este paraje tiene una aportación positiva, con un puente colga nte que permite moverse por el entorno y escoger la zona que más guste al visitante. También sirve para que los más atrevidos prueben a hacer unos espectaculares saltos al agua. Eso sí, el movimiento de la construcción es llamativo y causa una cierta impresión cuando se está sobre él.
Nada más por hoy, después de 359 kilómetros de esta nueva excursión que inicié con la idea de subir a las cimas de dos de las provincias gallegas y con un buen final de viaje me despido esperando que pronto pueda hacer una nueva escapada.