Esta vez empiezo en el Monasterio de Aviceiro pero voy a empezar a contar el sendero desde donde lo dejé la otra vez, así que comienzo en un viejo puente de cemento que fue donde terminé la primera etapa. En la otra foto, una vista del río.
Pronto llego al Pontemaril, del puente nada que destacar ya que es nuevo pero a su lado se encuentra el campamento de media montaña con capacidad para 140 plazas en tiendas de campaña y 48 plazas de albergue.
Tengo que estar muy atento a los desvíos en el sendero pues se encuentran en los sitios más escondidos y al venir hacia abajo ya me perdí una vez.
En la foto siguiente una bonita vista del río.
Más vistas del río en este caso una en la que se ve que es una zona de pesca. De hecho, por el camino me voy encontrando con pescadores pero por ahora ninguno parece tener suerte.
En la otra foto, un árbol que aunque no se ve en la foto está apoyado en un terraplén de la otra orilla.
Siguiendo el sendero con el curso del río a mi izquierda, me encuentro ahora con los Pasos de A Balsada, que cruzo dejando ahora al río a mi derecha.
Aparece ante mí un gran molino que más bien parece una casa aunque está en la orilla contraria y no puedo ver el interior.
Otro molino, este un poco más pequeño que el anterior pero que como casi todos los que he visto en el río Lérez conserva casi todos los utensilios utilizados para moler.
En estas dos fotos, dos afluentes del río Lérez. Y es que alguno de los afluentes que tiene el Lérez nada le tiene que envidiar (no es el caso de estos dos) pero como dice el refrán: «unos llevan el agua y otros la fama», en referencia al Miño y el Sil.
Un gran árbol arancado de cuajo es el siguiente objetivo de mi cámara aunque no me sale muy bien. La siguiente foto es de otro de los pequeños saltos de aguaque me encuentro de vez en cuando.
Ahora estoy en unos pasos modernos que forman un pequeño embalse para adaptar esta zona al baño y a su lado unas mesas, bancos y barbacoas para disfrutar del entorno.
Me encuentro con la Ponte do Crego, un puente del siglo XVII que comunica los lugares de Valiña y Loureiro. Está hecho en cantería y sillería de granito y tiene un solo arco perpiaño de ocho metros de luz. La calzada conserva parte de las losas que la configuraban, rematando en el borde o barandilla con sillares de granito.
Aprovecho para llenar la botella de agua en una fuente que veo justo al lado del puente.
Conforme me voy acercando al final del sendero el río se va haciendo menos caudaoso y más estrecho, pero esto no deja de quitarle ni pizca de la grandeza al recorrido.
Llego a Ponte Carballa, que tiene nueve banos vanos y dieciocho metros de largo. Fue construida en los años de la II República con el trabajo comunitario de los vecinos y la ayuda del Concello de Forcarei, que también la prestaría para el conocido como Ponte de Valiñas.
Después de pasar el puente de A Carballa inicio un tramo alejado del río pero no dejo atrás el ruido del agua gracias a un pequeño arroyo que discurre pegado al camino por el que asciendo en estos momentos.
Es un tramo de camino muy antiguo llamado «Da Petaca» en el cual tengo que andar con pies de plomo por lo resbaladizo que se encuentra hoy ya que a esta hora ha vuelto a llover.
Cuando termino este tramo y llego otra vez al río lo hago en A Ponte Nova de Andón, que une Aciveiro con la carretera de Forcarei a Silleda y que es donde me perdí cuando bajé al río esta mañana. La otra imagen es de una rana de las miles que había en una charca al lado del puente viejo de Andón.
Este puente se construyó en el siglo XV sobre el río Lérez y está realizado en mampostería y sillería de granito. Tiene un solo arco apuntado de ocho metros de luz. La calzada conseva parte del enlosado que formaba el firme y en el vértice de la barandilla hay los restos de una cruz apoyada en un pedestal.
Una foto más del puente, en este caso es del piso de piedra y en la otra una fuente que se encuentra situada un poco antes en el camino PR-G100 del que hice un tramo esta mañana al cruzar unos pasos equivocadamente.
En concreto, estos son los pasos de los que hablé antes y que hay que cruzar si quieres hacer el sendero del Candán, pero que si lo que se quiere hacer es el de los puentes hay que seguir adelante sin cruzarlos.
Ahora tengo que atravesar un prado pero las bacas que están pastando allí se ponen un poco chulas y no les gusta que yo invada su terreno La siguiente es otra vista del río.
El Pontillón do Porto das Buratas es obra de uno de los mejores canteros de Aciveiro, Francisco Doval Viéitez. La otra imagen es de unas escaleras casi totalmente escondidas bajo las hierbas.
El monasterio de Aciveiro es el monumento más representantivo de Forcarei y de Terra de Montes. Llevó a esta zona a un enorme apogeo demográfico, cultural y económico ya que era uno de los siete primeros monasterios de los 38 que conformaban la Diócesis de Compostela y sus pidras son las decanas de todos los edificios de la zona.
El monasterio, como reza en la pared sur de la iglesia cenobial, fue fundado el 4 de febrero de 1135.
Entre otros, podemos observar un magnífico cruceiro de Quireza José Ferreiro, del año 1893 con el que termino mi ruta. Tras seis horas y con la ida y vuelta he hecho 24 kilómetros y ahora toca descansar un poco y comer algo, lo que voy a hacer aquí en el exterior del monasterio.
Es hora de marcharse a casa, fue un sendero muy bonito a pesar de que los dos días que elegí para hacerlo no estuvieron nada agradables en el aspecto de la climatología. Con una imagen de la fuente en homenaje a los gaiteros de Cerdedo acabo el sendero pensando ya en cuál será mi próxima excursión.