Vigo se vistió este jueves de frac para pasear sus encantos por la pasarela madrileña de Fitur, esa reproducción a escala del planeta en la que ciudades, comunidades autónomas y países muestran lo mejor de su armario para seducir al turista indeciso y tal vez abrumado por una oferta tan nutrida como sugerente.
Bajo el lema ‘El mundo en una ciudad’, desfiló por un plasma gigante y ante un numeroso grupo de curiosos una caravana de emotivas imágenes que concentraron en apenas cinco minutos buena parte de lo que Vigo tiene para ofrecer al creciente número de visitantes que cada año la escogen como destino para unos cuantos días de asueto.
Presentada la ciudad por la periodista Paula Montes y el cómico Miguel Lago, la melodía de toda esta narrativa visual la puso el alcalde, Abel Caballero, que de todas las personas que viven en Vigo tal vez sea la que con más sincero entusiasmo la defiende como “la mejor ciudad que uno puede imaginar para pasar sus vacaciones”, según dijo en la presentación.
En este “acontecimiento de excepcional interés público”, como calificó el Gobierno a esta edición de Fitur, la primera de las grandes ferias turísticas mundiales desde el inicio de la pandemia, la competencia está siendo tan feroz como solía, si no más.
Pero Vigo, tal vez porque en el complejo arte de la seducción cada detalle cuenta, se presentó en la cuadragésima primera edición de Fitur con un complemento del que ninguna otra ciudad puede presumir: su reciente elección por parte de la Organización de Consumidores y Usuarios como la ciudad de España con mayor calidad de vida, un distintivo capaz, como mínimo, de despertar la curiosidad del más escéptico de los incrédulos.
Ese reconocimiento, como explicó Lago, es la respuesta que España ha dado a los cambios que ha vivido en los últimos años una “ciudad industrial y oscura” que ha sabido convertirse “en lo que es ahora: una ciudad limpia, abierta, que acoge, una ciudad luminosa. La remodelación ha sido tan completa que ha aparecido luz”.
La luz en Vigo se da por descontada: la aportan en verano las anaranjadas puestas de sol ante las que se recorta la silueta de las Islas Cíes en la boca de la ría, y que tan bien se han visto en Fitur, y la aportan en invierno el empeño del alcalde de hacer de la Navidad un acontecimiento cada vez más faraónico.
“Este año en Navidad vamos a petar Vigo”, ha prometido Caballero, quien ha augurado que “millones de personas” visitarán la ciudad en la ya vive Papá Noel y los Reyes Magos, “que se vinieron el año pasado a vivir a Vigo”, y a la que “como esto siga así, se va a venir el Papa”.
Pero como hasta las navidades queda un mundo, y como a nadie escapa que tras un 2020 para olvidar la promoción turística cobra especial relevancia justo ahora que se intuye cómo baja la marea del Covid, Vigo exhibió las banderas azules que ondean en sus playas e invitó a todo el mundo a mojarse en sus aguas al menos los pies.
“Tenemos unas playas excepcionales”, ha presumido Caballero, quien entre otras muchas cosas, señaló que “Vigo es medio ambiente, es la ría y es ‘Cíes, Patrimonio de la Humanidad, le pese a quien le pese”. Y por si alguno de los presentes en el acto llegó en algún momento a sospechar que el Ayuntamiento de Vigo había olvidado esa reivindicación que tantos enfrentamientos ha generado con la Xunta de Galicia, sabe ya, tras recibir un tetrabrick con la imagen de las Cíes y un lema que las reivindica como Patrimonio de la Humanidad, que no hizo sino aparcarla en este año largo de pandemia.
Pero en Madrid, Vigo no presumió únicamente del paraíso natural en la que está enclavada, sino que la cámara se adentró en sus calles para mostrar la metamorfosis que la ciudad ha experimentado en los últimos años, fundamentalmente gracias al proyecto ‘Vigo vertical’, que a base de ascensores y rampas mecánicas ha conseguido ‘aplanar’ su escarpada orografía para hacerla fácilmente transitable.
Lo reconoció la voz en off del vídeo, que es la de una mujer que lleva muchos años visitando una empinada ciudad que ahora asciende en cinco minutos cuando antes tardaba media hora.
También fue ella la primera en valorar la gastronomía de la ciudad, “la mejor del mundo, con todo el respeto a los demás lugares”, según afirmó después Caballero, o el vibrante movimiento cultural que late en las medianeras que artistas venidos de todas partes han revivido con sus obras.
Como suele suceder, quien mejor resumió la esencia de cómo se vive la cultura en Vigo, tras anunciar que este verano volverá a organizarse O Marisquiño, “el mejor festival de cultura urbana de Europa”, fue el alcalde. Lo hizo así: “El año que viene, el 6 de agosto habrá en Vigo un gran concierto de Sting. A Sting lo tiene Londres, lo tienen Nueva York y lo tiene París, pero en Vigo es gratis”.
Si, tras todo lo anterior, a alguno de quienes asistieron a la presentación de Vigo en Fitur le quedaba alguna duda acerca de qué hace a esa ciudad gallega especial, ahí estuvo Caballero para dar certera respuesta. “Vemos nuestra ciudad, la vemos evolucionar, la queremos, la cuidamos y sentimos que es nuestra casa, por eso Vigo es tan especial, lo es por su gente. Es una ciudad distinta porque su gente la labra, la quiere y está pendiente siempre de la ciudad. Estamos buscando permanentemente nuestro propio espacio y lo encontramos cuando el resto de España nos reconoce como la ciudad con mejor calidad de vida del país. Welcome to Vigo, it is terrific”.