La primera dificultad a la que estos se enfrentan es la de salir de la denominada zona de confort, acostumbrarse a unas costumbres y una lengua distintas y, en general, adquirir las herramientas necesarias para adaptarse a la nueva sociedad que los rodea. Estos obstáculos pueden resumirse bajo el nombre de Shock Cultural, responsable de las sensaciones de inadaptación o estrés habituales al comienzo de una estancia en el extranjero. A continuación, damos algunas claves para superarlo.
En primer lugar, es normal que el emigrante sienta la necesidad de mantenerse en contacto con sus familiares y amigos. Afortunadamente, se trata de un deseo que cubren de manera efectiva las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Pensemos en las asequibles tarifas de llamadas internacionales (o el fin del roaming para muchos países europeos), así como en las aplicaciones para móviles (WhatsApp), o en las populares video-llamadas de Skype. Todos estos son recursos más que válidos a la hora de superar las distancias que nos separan de nuestros seres queridos. Herramientas útiles, incluso, si lo que queremos es intercambiar archivos y documentos.
Un papel similar al Smartphone y los portátiles lo juegan las compañías de paquetería. Estas son capaces de conectar a personas a lo largo y ancho del mundo. Además, el mensaje que transportan es siempre físico y, a menudo, consiste en un objeto que puede serle de mucho provecho al destinatario: ropa de abrigo, libros, fotografías, etc. De esta manera, si el lector se decanta por enviar o recibir un paquete, una buena solución sería la de comparar empresas de mensajería en Packlink. Se trata de un portal online que coteja las distintas soluciones para ofrecer al usuario aquellas que mejor se adaptan a sus necesidades, clasificadas por coste y tiempos de entrega.
Por otro lado, aprender el idioma de nuestro país de destino representa un buen paso para integrarnos socialmente, así como para hacer frente a trámites y obligaciones cotidianas. En este sentido, si no hemos tenido ocasión de asistir a clases de lengua extranjera en España, siempre podemos inscribirnos en un curso nada más aterrizar. Y es que comunicarnos sin dificultad facilitará nuestro contacto con los habitantes locales e incrementará nuestras opciones de estrechar lazos humanos. Para ello, conviene estar al tanto de la actualidad nacional, acudir a eventos, o incluso unirnos a asociaciones ciudadanas.
Por último, las nuevas tecnologías no solo nos permiten mantener el contacto con nuestro país de origen, sino también acceder a las distintas comunidades de la ciudad de destino. Es el caso de grupos de españoles, de clubs de intercambio de idiomas, de equipos deportivos, etc. De esta manera, Facebook, Twitter o Instagram representan una excelente lanzadera para acercarnos a personas con intereses similares a los nuestros. También para informarnos sobre programas de estudios que nos planteemos cursar, o a la hora de sondear el mercado laboral en busca de un trabajo que se adapte a nuestro perfil.