Los puros cubanos son ampliamente reconocidos como los mejores puros del mundo. La historia de los puros cubanos se remonta al siglo XIX, cuando los cubanos comenzaron a cultivar tabaco para la producción de puros. Durante los siguientes años, los puros cubanos se hicieron cada vez más populares y comenzaron a exportarse a otros países.
Puros cubanos – diferentes marcas
Hoy en día, hay muchas marcas de puros cubanos, cada una con su propia historia y reputación. Algunas de las marcas más populares son Cohiba, Montecristo, Partagás, Romeo y Julieta y Hoyo de Monterrey. Cada marca tiene su propia mezcla de tabaco y su propio proceso de producción, lo que da lugar a distintos sabores y aromas. Los mas aficionados seguramente pueden diferenciar las marcas.
¿Cómo se producen los puros cubanos?
El proceso de producción de los puros cubanos es largo y complejo. Todo comienza con la selección de las semillas de tabaco y el cultivo del tabaco en las fincas de la región de Vuelta Abajo en Cuba. Luego viene la cosecha y el secado de las hojas de tabaco, seguido de la fermentación y la clasificación de las hojas en diferentes categorías.
Después de la clasificación, las hojas se utilizan para el relleno, la capa y la capote del puro. Los maestros tabaqueros, llamados torcedores, trabajan con habilidad y paciencia para enrollar las hojas de tabaco en la forma adecuada, creando el puro perfecto. El proceso de envejecimiento es crucial para la calidad del puro, ya que los puros cubanos suelen envejecer durante varios años antes de ser vendidos.
Fumar los puros es un ritual para los Cubanos
Fumar puros es una parte importante de la cultura cubana. En Cuba, el puro es un símbolo de elegancia y sofisticación, y se asocia con la relajación y la celebración. Fumar puros en grupos es común en Cuba, y se considera una actividad social. Además, los puros cubanos son a menudo regalados como gesto de amistad o agradecimiento.
Fumar un puro cubano es un ritual que requiere paciencia, técnica y conocimiento. Primero hay que cortar el extremo de puro cubano. Esto se hace con un cortapuros o con una hoja afilada. Es importante asegurarse de no cortar demasiado, ya que esto puede dañar la capa del puro y afectar su sabor. Tradicionalmente se encede el puro con ina cerilla de madera. Después de encender el puro, es importante tostar la capa del puro. Esto se hace moviendo el puro en círculos mientras se sopla suavemente sobre la llama.
Si el puro se apaga, se puede encender de nuevo utilizando la misma técnica de tostado y encendido suave. Es importante mantener el puro encendido para disfrutar de su sabor completo.