Como si de un episodio de «Black Mirror» se tratase, pero sin ficción, los responsables del proyecto mostraron este martes un pedazo del futuro de la conducción. Autoridades, técnicos, periodistas o vecinos pudieron comprobar que el coche fabricado en Vigo es capaz de realizar un estacionamiento autónomo en un aparcamiento transitado, tal y como demostró en la Praza do Rei; o circular de forma autónoma en plena Gran Vía, regulando la velocidad al acercarse a un semáforo y detenerse con antelación ante la presencia de peatones.
Según explicó el director del centro de Vigo de PSA, Ignacio Bueno, la prueba realizada hoy buscaba evaluar los resutados de comunicación del vehículo con todo lo que le rodea, algo que formará parte de los coches que ofrecerán en un futuro y que sitúan “las tecnologías de la conectividad al servicio de la conducción autónoma”.
El proyecto Autopilot, lanzado a principios de 2017, supone una evolución de la conducción autónoma, con el vehículo comunicado a través de internet con el perímetro que el rodea. En él participan cinco ciudades europeas, entre ellas Vigo, que pone a disposición del proyecto zonas urbanas y gestiona las posibles adaptaciones de las infraestructuras necesarias. El Centro Tecnológico de Automoción de Galicia pilota el proyecto y coordina las pruebas técnicas, que en los próximos meses continuarán en Vigo.
Luis Moreno, diretor del CTAG, explicó que forman parte del proyecto 45 socios de 15 países y forma parte del objetivo de alcanzar vehículos más competitivos, conectados, eléctricos y autónomos. “Este coche es como un teléfono grande con ruedas, exagerando” indicó.
En total el proyecto Autopilot tiene un prespuesto de 25 millones de euros, de los que medio millón se destinan a España.