El Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo ha condenado a 31 meses de cárcel a un empresario que fingía la compraventa de pescado para obtener devoluciones del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que no le correspondían.
Tal y como recoge el magistrado en su sentencia, los hechos son constitutivos de un delito contra la Hacienda Pública en grado de tentativa y otro delito continuado de falsedad en documento mercantil.
Por el primero de ellos, la pena impuesta es de nueve meses de prisión y una multa de 25.000 euros, mientras que por el segundo el juez le impuso al empresario 22 meses de cárcel y una multa de más de 1.600 euros.
Precisamente este empresario también estaría detrás de Congelados Cíes, que adquirió Congelados Hiperxel a Iberconsa y, en pocos meses, comenzarían los problemas que han llevado a la firma al impago a sus empleados y, finalmente, a un concurso voluntario de acreedores.
Todo ello después de que la sociedad Ucablobal, controlada por el empresario y dedicada al suministro de equipos para barcos, comenzase una nueva actividad fingiendo la compraventa de pescado y “emitiendo y recibiendo facturas que no se corresponden a ninguna actividad real”, según recoge la sentencia.
“En esas facturas, las adquisiciones ficticias aparecen gravadas con IVA, mientras que las ventas ficticias constan como exentas de ese tributo por tratarse de operaciones intracomunitarias o con destino a Canarias, con la intención de originar unas cantidades de IVA soportado superiores al repercutido y obtener así unas devoluciones a las que no tenía derecho”, indica el juez (esto se debe a que el IVA debe pagarlo el consumidor final y no las empresas que comercializan y hacen de intermediarias).
Por ello, la compañía también fue condenada por un delito contra la Hacienda Pública en grado de tentativa a la pena de 25.000 euros de multa y 2 años y seis meses de la pérdida de la posibilidad de obtener subvenciones o ayudas públicas.