El salario de Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha provocado la reacción de los trabajadores de la planta en Vigo. El máximo responsable de la firma, conocido por sus drásticas medidas de recortes y ajustes a sus empleados, se ha convertido en el hombre mejor pagado de la industria automovilística.
Y es que tras el acuerdo de los accionistas, Tavares se ha llevado un total de 36,5 millones en 2023. Esto supone un 35,6% más que en 2022 y un 47,9% más que en 2021. Con estos beneficios, se ha convertido en una auténtica estrella de la industria, con un sueldo superior a pilotos como Hamilton (32,5 millones).
«Un salario inmoral se consideramos o acontecido nos últimos anos coas persoas traballadoras do Centro de Vigo, onde a perda de poder adquisitivo, o aumento da carga de traballo e o deterioro da saúde … esta a provocar que os traballadores de novo ingreso decidan abandonar voluntariamente á fabrica, ou que incluso moitos traballadores indefinidos decidan acollerse aos ERE», afirma el sindicato CUT este sábado en un comunicado.
La central sindical hace una comparación que evidencia las diferencias. Así, explican que para igualar el salario de Tavares un trabajador de nuevo ingreso tendría que trabajar 1.765 años hasta llegar a esos 36,5 millones de euros. «Mantendo os actuais ritmos de produción, un traballador que realice 420 coches por xornada, 60 segundos de operacións en cada vehículo, e que realice o aprete de 10 tornillos por coche, para igualar o seu salario realizaría mais de 1.700.000.000 apertes de tornillos», añaden.
La CUT recuerda que el grupo Stellantis «se aprovechó bajo el eslogan de la competitividad” para reducir las condiciones sociales y económicas de la plantilla. «Una competitividad que, el único que enrojece es un incremento en la margen beneficios y de un mayor reparto de dividendos para los accionistas, no así para las personas trabajadoras del centro de Vigo», apunta.
El sindicato insiste en que no existe una contraprestación a las personas trabajadoras que «son las que realizan el esfuerzo y sacrificio de un sistema de trabajo en la fabrica de Vigo, que tiene unas cargas de trabajo abusivas, generador de enfermedades profesionales derivados de los trabajos repetitivos».