La plantilla de Vitrasa vuelve a la carga ante el bloqueo que sigue arrastrando la resolución del conflicto existente con la empresa. Tras celebrar una asamblea informativa en la que se expuso la situación actual y se propusieron fórmulas para protestar contra la compañía, el personal votó a favor de iniciar unos paros parciales durante la jornada de trabajo.
Concretamente, se realizarán paros de una hora por turno para forzar a la empresa a negociar un convenio caducado desde enero de 2021. Estas acciones comenzarán el viernes 21 de octubre y se distribuirán a lo largo del día para que incluyan a toda la plantilla.
Así, conductores y conductoras detendrán su actividad de 00.00 a 01.00, 08.00 a 09.00 y de 14.00 a 15.00 horas. El personal de taller protestará de 00.00 a 01.00, de 11.00 a 12.00 y de 17.00 a 18.00 horas. Por último, en administración se parará de 11.00 a 12.00 horas.
Según informa el sindicato UGT, la propuesta fue aceptada por una “amplia mayoría”, con un 92% de los votos a favor de efectuar algún tipo de movilización y un 81% de ellos decantándose por estos paros parciales.
El comité de empresa insiste en la “necesidad” de negociar un convenio que debe actualizar los salarios, regular el descanso diario, reducir la jornada máxima, establecer una nueva rotación de descansos y “un largo etcétera” de reivindicaciones.
La representación laboral también ha recordado que los servicios mínimos impuestos por el Concello de Vigo en anteriores movilizaciones fueron declarados abusivos por dos juzgados de la ciudad. Por este motivo, se solicita que en esta ocasión “se ajusten a la legalidad”.
“Hasta la fecha de inicio de las movilizaciones seguimos esperando una llamada de la empresa para solucionar las diferencias. No resulta entendible que a pesar del importante incremento de viajeros reconocido públicamente por la propia empresa y propiciado por más ayudas públicas, la empresa mantenga la misma postura inmovilista. Es lamentable que una empresa que realiza un servicio público esencial, únicamente se preocupe de su rentabilidad ante la pasividad del Concello, dejando en segundo plano la calidad del servicio (recorte de líneas, de frecuencias, flota obsoleta…) y las condiciones laborales de sus trabajadores”, apunta UGT.