La Unión Europea ha abierto una investigación para determinar si la fusión de PSA Peugeot Citroën y Fiat Chrysler Automobiles (FCA) anunciada a finales de 2019 podría violar las leyes de competencia de 14 países comunitarios – Bélgica, Croacia, República Checa, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y la propia España-, además del Reino Unido. Según Bruselas, el acuerdo para crear el cuarto grupo automovilístico más grande del mundo “podría reducir la competencia” de forma “significativa” en el segmento de las furgonetas y perjudicar a los consumidores.
Las autoridades europeas avisaron hace unos días de que esta unión podía generar un oligopolio en el mercado de los vehículos comerciales ligeros. Pese a ello, ninguna de las dos compañías han modificado sus planes ofreciendo concesiones para reducir el impacto de su posible posición dominante.
La fusión permitiría a la empresa resultante fabricar, a través de la firma Sevel, aproximadamente un 34% del mercado europeo de furgonetas, más del doble que sus inmediatos perseguidores, Renault y Ford (16% cada una).
Sobre este asunto, la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, apuntó que las furgonetas comerciales “son un mercado en crecimiento y con una importancia creciente en una economía digital en la que los consumidores privados estarán más ligados que nunca a los servicios de entrega”.
“Examinaremos detenidamente si la transacción propuesta tendría un impacto negativo a la competencia en estos mercados y garantizaremos que siga existiendo un entorno sano de competencia a disposición de ciudadanos y empresas que utilizan furgonetas comerciales en su trabajo”, prosiguió Vestager.
La UE tiene ahora 90 días, hasta el 22 de octubre, para tomar una decisión sobre la fusión, que podría bloquear o condicionar si PSA y FCA no presentan medidas para reducir su dominio en dicho mercado.