La compañía gallega del sector de la piedra Marcelino Group ha adquirido las instalaciones porriñesas de Levantina cuando apenas han pasado dos semanas desde que la firma alicantina acordase un expediente de regulación de empleo (ERE) con 66 trabajadores afectados.
Según fuentes sindicales consultadas por Europa Press, Marcelino Group se ha hecho con la planta productiva que Levantina tiene en O Porriño (Pontevedra), tras anunciar a principios de año su intención de cesar su actividad industrial en el municipio.
Además, el propio Marcelino Group lo ha anunciado en sus redes sociales este martes, después de informar Levantina a los representantes de los trabajadores.
«Nos complace comunicar oficialmente la incorporación de la empresa Levgranite, división de piedra natural de Levantina Group con sede en O Porriño, al Marcelino Group. Este es uno de los hitos más importantes en nuestra historia, reafirmando nuestro compromiso con la piedra natural y la generación de valor en el tejido productivo gallego», ha reivindicado la empresa, asegurando que esta compra fortalece su posición en el mercado con una nueva factoría, dos canteras y dos almacenes de distribución.
«Queremos hacer mención especial a los trabajadores de Levgranite, cuya experiencia y conocimiento son invaluables, y juntos estamos seguros de que alcanzaremos grandes logros. Estamos preparados para afrontar este nuevo reto con mucho entusiasmo e ilusión, conscientes de las dificultades actuales, pero con la fuerza de nuestro capital social y la confianza de nuestros clientes y colaboradores», sentencia el mensaje de Marcelino Group en Facebook.
Ante este anuncio, UGT ha valorado positivamente que unos empresarios gallegos, «solventes» y del sector de la piedra hayan comprado Levantina, al considerar que tienen «capacidad suficiente» para convertir las instalaciones de O Porriño en un «referente» del granito.
Esta situación se da después de que la filial de Levantina en O Porriño, denominada Levgranite, comunicase hace apenas dos semanas que había alcanzado un acuerdo con el comité de empresa de la planta para la aplicación de un ERE con una afectación del 57% de la plantilla (máximo de 66 trabajadores de un total de 116) y salidas progresivas con indemnización de 25 días por año trabajado, hasta un máximo de 13 mensualidades.
La empresa trasladó que el acuerdo «garantizaba la actividad industrial» y, además de reducir el impacto en la plantilla (inicialmente el ERE se planteó para 95 empleados), «mejoraba las condiciones» de salida de los trabajadores que salían.
Pese a que durante el proceso de negociación del ERE se planteó la opción de la venta, finalmente se firmó el ERE y ahora, dos semanas después, se ha confirmado la venta.