Hace años que el comercio local alerta de la amenaza de las compras online, pero en 2021 no sólo es la merma de clientes la que ahoga a los vendedores en plena víspera navideña. Los principales establecimientos comerciales de Vigo sufren, además del retraso de mercancía por la crisis de suministros, la escasez del material de papel, cajas, bolsas, y celofán que requieren empaquetado de los regalos. Las cajas de cartón en las que se trasladan los pedidos por internet a los hogares son el origen de esta nueva crisis.
Las grandes superficies nacionales, amparadas pero con limitaciones
María, responsable de la sede de Misako de la calle Príncipe, reconoce sus apuros: «El volumen de ventas nos pone en aprietos». Las bolsas de papel traen de cabeza a las trabajadoras, pero lo que más les preocupa es la falta del material plástico que se utiliza para tapar el precio de los tickets: «Desde central nos avisan con frecuencia de que aprovechemos cada centímetro. Hay jornadas en las que nos vemos obligadas a cubrir esa necesidad utilizando todo tipo de stickers o incluso rotuladores«.
Reconoce que los próximos días serán difíciles por la tendencia general de los clientes de hacer las compras a última hora, pero su mayor preocupación está por llegar: la época de rebajas.
Las trabajadoras de Intimissimi empaquetan la lencería en sobres y bolsas. Salvan como pueden las dificultades con inventiva, pero lamentan los reproches de las clientas quienes, tratándose de una marca de lujo, exigen una presentación más opulenta y decorada con ornamentos que se ven incapaces de satisfacer.
Los gerentes de las grandes superficies nacionales e internacionales hicieron acopio de material de cara al período navideño desde octubre, el mes en el que saltaron las alarmas. Lo ha contado la encargada de la firma española Mango Men situada en Vialia, quien, conocedora de la situación de sus vecinos, respira aliviada porque: «Desde central tuvieron en cuenta este problema y nos envían este material siempre que lo necesitamos, nuestro principal quebradero de cabeza es el retraso de los pedidos».
Las filigranas del comercio local
Juani Guillade, tras el mostrador de Aloha chicas, ubicada en la calle Velázquez Moreno, no utiliza papel de regalo sino sobres y bolsas de papel Kraft reciclado, un material elaborado masa química. Sustituye el celofán con grapas para cerrar los paquetes y hace meses que invirtió en una cantidad ingente de stock de cara al Black Friday y a la Navidad.
Los comercios de las galerías Durán, sin ser conscientes de lo que ocurriría, salen airosos de la situación. José María, al frente de calzados Glory y Ana regente de la tienda de bisutería Durán Durán, acostumbraban a comprar cantidades ingentes de material. Todo lo que sobraba lo guardaban en su almacén. No imaginaron hace tres años, cuando hicieron el último pedido, que el exceso sería su salvavidas en 2021.
En cualquier caso, ambos son conscientes de que no todos sus vecinos corren la misma suerte, apenas a unos metros de sus negocios se encuentra uno de los establecimientos más peculiares de la zona, Pospes, una pequeña tienda que exhibe de suelo a techo una delirante cantidad de calcetines con estampados y mensajes originales. Junto al mostrador reposa un cilindro de papel de regalo que habla por sí mismo, en el rollo apenas se envuelven un par de metros de material. La dependienta no quiere dar detalles, pero reconoce apesadumbrada lo mucho que le cuesta hacer entender al cliente que no puede envolver su regalo.
Bea confiesa que en su comercio Viei dei Fiore en la calle Urzáiz, utiliza sobre todo bolsas de plástico y la Navidad no la pilló por sorpresa: «Nosotros hemos sido previsores y cuando al final de verano comprobamos que empezaban a advertirnos decidimos cubrirnos las espaldas pensando en esta época».
Editoriales y libreros, un día a día empañado de incertidumbre
El gigante librero español La Casa del Libro hace cábalas para satisfacer la demanda de sus clientes en estas fechas. Reconocen haberse visto en apuros al encontrarse sin bolsas de papel y, aunque no han llegado a sufrir una rotura de stock, las grandes editoriales como Anagrama se quedan sin papel para cubrir sus necesidades, una situación que repercute directamente en su negocio. «Teniendo en cuenta que hay editoriales que utilizan distintos tipos de papel y de gramajes se puede hablar de crisis porque algunos títulos están mermando su distribución».
La editorial gallega Kalandraka se preparó desde el pasado mes de octubre cuando se hizo pública a nivel global la escasez del cartón que viene de China por el auge de los pedidos online a escala internacional, que tuvo como consecuencia una demanda nunca vista en paquetería. «Empezamos a hablar con las diferentes imprentas con las que trabajan pero la información que le dieron fue alentadora y pudimos hacer frente a las fechas que se avecinan».