Dentro del contexto general de una crisis que, a todas luces, se nos presenta como un factor de desgaste emocional, ¿sobre qué podemos reflexionar que pueda interpretarse como una perspectiva positiva? No muchos temas están a la mano. En momentos de obligada clausura nos reconforta el tiempo que empleamos disfrutando las redes sociales, nos vivifica la consulta a aquellas plataformas financieras que ofrecen soluciones a nuestras necesidades. Es cierto que hoy en día gracias a la nueva escena de economía digital es posible pedir un préstamos sin nómina ni aval, con solo el dni, pero no es menos cierto que el ahorro es uno de los elementos que más quebraderos de cabeza nos quitará a largo plazo.
En el marco de la pandemia del COVID-19 los españoles han tenido que aceptar limitaciones que obstaculizan el curso normal de sus vidas, al asumirlas para evitar el contagio se forjó una situación económica muy particular, la cual culminó en un récord histórico del 14,8% en la tasa de ahorro de 2020 (INE), según lo afirma el Instituto Nacional de Estadística. Esto se debió al hecho de ser el 2020 un año sumamente especial, la extraña situación pandémica produjo una caída significativa en la demanda de productos consumidos, produciendo a su vez una inflación negativa. Menos inflación y menos gasto proporcionan mayor ahorro.
El índice general de precios al consumo (IPC) para el recién finalizado primer trimestre de 2021, señala un crecimiento del valor de la cesta de servicios de 1% en la variación mensual y un 1,3% en la variación anual IPC-(Inst. Nac. Est.). Estas cifras nos dicen que la inflación comenzó a empujar en el 2021, por lo que el provecho en los ahorros que se produjeron en el 2020 se pone en riesgo. Ante un escenario de inflación los ahorros ceden y se deprecian.
¿Cómo resguardar los ahorros?
Lo que nos deparó el 2020 debemos protegerlo. Los tipos de interés que se otorgan actualmente a nuestros ahorros son muy bajos, no garantizan un soporte fiable ante la arremetida de una subida de precios que detone una probable inflación. Entonces debemos pensar en cómo llevar esos ahorros a un nivel de rentabilidad que garantice cierta tranquilidad, la certeza de que crecen, no que se deprecian.
Las operaciones financieras adecuadas son la alternativa ante esta peligrosa posibilidad de desvalorizar nuestro capital. Lo que la gran mayoría de expertos en el tema sugieren es dar el paso hacia la inversión. Invertir resguarda el ahorro. Puede parecer algo para lo que algunos no estamos preparados pero, al aventurarnos con el debido cuidado, significa protegernos y estar a tono con lo movedizo e inestable del ahora.
Son muchas las maneras de inversión, sin embargo, al ciudadano medio que no posee grandes recursos para abarcar un abanico de posibilidades, se les recomienda optar por los fondos de inversión pues ellos están al alcance de todos, no importando si son inexpertos en materia financiera. Equipos de profesionales calificados disponen del capital que desees invertir y operan buscando, en variados mercados y activos, lo que produzca la mejor rentabilidad.
Debemos tener presente que toda inversión comporta riesgo, por ello es importante planificar bien, plantearnos un objetivo claro que sea cónsono con la realidad, que no peque de ambicioso, eso implica estar claros de hasta dónde podemos asumir el riesgo, cuál es nuestro umbral, definir el horizonte temporal de la inversión y, por supuesto, mantener un fondo de nuestros ahorros para protegernos de posibles imponderables.
Si así lo hacemos, seguramente estaremos protegiendo y acrecentando nuestros ahorros.