La fábrica de Stellantis en Vigo sigue sumida en la crisis de los semiconductores, que no deja de generar contratiempos a la planta de Balaídos. Solo una semana después de aplazar hasta nuevo aviso el regreso del turno de fin de semana del sistema 2, la dirección ha comunicado a los sindicatos que también suspende la actividad de los sábados y los domingos en la línea 1 de producción de forma indefinida. De esta manera, la fabricación de vehículos pasa a ser nula durante esos días.
La noticia se ha notificado durante una reunión celebrada este martes entre el comité de empresa y la dirección de la factoría. Esta medida, causada principalmente por el desabastecimiento de microchips, afecta a las 600 personas que trabajan en ese cuarto turno del sistema 1.
El objetivo de Stellantis Vigo es centrar la actividad de lunes a viernes ante la falta de componentes. De este modo, se busca una organización más adaptada a la actual situación y a la prevista a corto y medio plazo, adecuando la producción a la disponibilidad de piezas y permitiendo mantener un calendario de trabajo más regular.
No obstante, desde sindicatos como la CUT avisan de que decisiones de este tipo “siempre afectan potencialmente” al resto de turnos porque algunos trabajadores fijos del fin de semana serán “integrados” en el resto de equipos. De hecho, en los próximos días se iniciará un proceso de negociación con la representación social para gestionar las necesidades asociadas a esta medida.
Impacto inmediato
Aunque estaba en el aire la actividad del sábado 12 y del domingo 13 de marzo en la línea 1, finalmente se cancela esa posibilidad, de tal modo que este turno ya no regresará al trabajo hasta nuevo aviso. Mientras, se mantiene la previsión de que los equipos de mañana, tarde y noche vuelvan a sus puestos el lunes 14, después de la parada que está teniendo lugar durante la presente semana.
La CUT pronostica una “situación complicada a largo plazo” y lamenta que otras fábricas del grupo automovilístico, como las situadas en Francia, “continúen trabajando con normalidad”. Un factor que atribuyen a la “alta flexibilidad” existente en Vigo, donde a su juicio “sale más barato parar la producción”.
Mientras tanto, las alteraciones de la producción no dejan de sucederse y el ERTE aprobado para su aplicación a lo largo de 2022 se va activando “a cuentagotas”.