Stellantis ha anunciado este martes que ha suspendido la producción en la única fábrica de vehículos que tiene en Rusia, especializada en el ensamblaje de furgonetas, ante el efecto de las sanciones y las dificultades para aprovisionarse de piezas.
En un comunicado, el grupo automovilístico explicó que con esa suspensión de la actividad en la factoría de Kaluga garantiza “el respeto total del conjunto de las sanciones cruzadas” y también protege a sus empleados.
Igualmente insistió en que condena la violencia y apoya “cualquier acción que permita restablecer la paz”, en una alusión directa a la invasión rusa de Ucrania.
Stellantis se ha desplomado este martes en la Bolsa de Milán tras anunciar esta suspensión de la producción. Los títulos del fabricante han caído un 6,64 por ciento, a 13,14 euros, poco después de la apertura del parqué milanés, en el que cotiza, además de en París y Nueva York.
La firma había decidido poco después del comienzo de la guerra en Ucrania el 24 de febrero detener todas las operaciones de exportación y de importación con Rusia.
La suspensión de la actividad en su planta de Kaluga -en la que comparte la propiedad con Mitsubishi, con participaciones del 70% y del 30%, respectivamente- es en principio temporal, aunque la empresa no ha ofrecido ningún elemento sobre el futuro.
En esa factoría dedicada al ensamblaje de furgonetas de los modelos Expert de Peugeot, Jumpy de Citroën y Vivaro de Opel trabajaban antes del conflicto 2.700 empleados y el pasado año salieron de sus cadenas de montaje únicamente 11.000 unidades.
Unas cifras que ilustran el papel marginal que tuvo la producción en Rusia para un grupo como Stellantis que el pasado año vendió 6,5 millones de vehículos en todo el mundo.