El director de la planta que el Grupo Stellantis tiene en Vigo, Ignacio Bueno, ha calificado este miércoles de “francamente decepcionante” la planificación de la Red Eléctrica de España hasta 2026 que aprobó este martes el Consejo de Ministros.
En dicha planificación, el Gobierno no ha incluido el enganche del polígono de Balaídos en Vigo que demandaba la mayor fábrica de automóviles de España a la red de muy alta tensión, lo que significaría el fin de las pérdidas de producción por cortes en el suministro y el aumento de competitividad de la factoría.
Ante dicha decisión del Gobierno, Bueno ha expresado este miércoles, durante el acto de clausura de la Asamblea del Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga) celebrado en Vigo, lo que ha denominado “una queja amarga”.
“Tras todos los esfuerzos que hemos realizado, que no se atienda esta demanda tan importante para nuestra actividad es francamente decepcionante y una muestra contraria al espíritu de colaboración pública que esperamos para mantener la competitividad de nuestra industria”, ha dicho Bueno.
No ha sido la única queja respecto a la acción de Gobierno, ya que el director de la planta de Stellantis en Vigo ha cuestionado la reforma laboral, la cual, ha dicho, “nos obligará a gestionar un nuevo marco de contratación que cambia las reglas de juego que veníamos utilizando hasta ahora, restándonos capacidad de maniobra y competitividad diferencial con todos los países”.
También se ha referido al Perte de Vehículo Eléctrico y Conectado, que Stellantis intentará aprovechar “hasta donde sea posible” a pesar de que, según Bueno, “tal y como está definido se queda corto para ser la herramienta en la que sustentar la transformación de nuestro futuro como sector”.
El objetivo del Perte, ha recordado, es la transformación de la industria de la automoción hacia la electrificación completa, un proceso complejo y costoso para el que “las intensidades de ayuda están por debajo de lo necesario, los requisitos son bastante restrictivos y los plazos, tanto en la emisión de los proyectos como en la limitación de las inversiones a junio del 2025, dejan fuera gran parte de las acciones necesarias en esta década”.
El papel de las administraciones
El discurso de Bueno estuvo dedicado, principalmente, a la administración, de la que dijo que “tiene que ser consciente de la profunda transformación” que afronta el sector, “en gran medida acelerada por decisiones políticas muy exigentes en materia de descarbonización que quizá no han medido bien todas las consecuencias”.
Bueno ha subrayado la importancia y la urgencia de una “actuación de la administración pública coordinada, con altura de miras, para evitar efectos irreversibles tanto sociales, lo primero, como industriales y estructurales” ante la compleja situación que está viviendo el sector, entre otras cosas, por las tensiones generadas por los problemas de suministros que está afectando a toda la cadena de valor. A ello se añade los precios de la energía y los combustibles, combinados con la alta inflación.
Producción
Stellantis Vigo se está viendo particularmente muy afectada por la crisis mundial de suministros, lo que en 2020 se tradujo en que dejó de producir 100.000 vehículos, el 20 por ciento de los que había previsto, así como en la pérdida de unos 1.500 puestos de trabajo.
En todo caso, las empresas del sector de automoción de Galicia, con Stellantis a la cabeza, cerraron 2021 con una facturación de 11.200 millones de euros, un 7,3% más que el año anterior, y con las exportaciones mostrando su mejor dato histórico: 8.160 millones de euros, resultados comunicados por Ceaga esta misma semana y por los que se ha felicitado Bueno.
Ello no implica que lo que se avecina vaya a ser sencillo, sino que son muchos los retos a los que se enfrenta el sector en general y Stellantis en particular, por eso Bueno, tras exponer los planes de su grupo para los próximos años, ha cerrado su alocución solicitando “la ayuda audaz de todas las administraciones” públicas.