La quinta jornada de huelga del sector del metal ha llevado a miles de trabajadores a bloquear gran parte de los accesos a la planta de Stellantis en Vigo, donde en medio de un gran despliegue policial, decenas de antidisturbios han efectuado varias cargas.
La marcha de este jueves, en la que han participado unas 5.000 personas (entre las que estaba el secretario xeral de la CIG, Paulo Carril), comenzó en la Praza de América y acabó pasadas las 13.30 horas ante Stellantis en Vigo, donde se concentraron los manifestantes a pocos minutos del cambio de turno en la factoría, mientras los agentes habían organizado una barrera de contención para evitar el bloqueo de la puerta principal de la fábrica.
Después de minutos de tensión en los cuales se llegaron a registrar peleas entre los propios manifestantes y con fotógrafos, hubo lanzamiento de botellas de cristal hacia agentes de la policía, así como piedras, ramas de árboles e incluso una señal de tráfico. Algunos coches aparcados en las inmediaciones resultaron dañados.
Entonces se registraron varias cargas policiales y los agentes llegaron a disparar material antidisturbios para intentar despejar la Avenida de Citroën, mientras los manifestantes intensificaron el lanzamiento de botellas y alguna bengala.
Los efectivos antidisturbios consiguieron despejar la Avenida de Citroën, desplazando a los manifestantes hacia la rotonda de la VG-20, las inmediaciones del paseo del río Lagares y la calle Pablo Iglesias, por donde el grupo se acabó dispersando.
La manifestación ha ocasionado problemas de tráfico en la zona de As Travesas, Balaídos y Camiño do Caramuxo, y a lo largo del recorrido han ardido varios contenedores, y otros han sido volcados en la calzada.
Los sindicatos mantienen el pulso
En declaraciones a los medios antes de que la manifestación iniciase su marcha, los representantes de CC.OO., UGT y CIG han advertido de que mantendrán las movilizaciones y de que la patronal debe sentarse a negociar porque “se le están acabando las excusas”.
Celso Carnero, de CC.OO. Industria, ha puesto en valor el apoyo de trabajadores a la huelga, y ha subrayado que el actual escenario no es el del conflicto de 2009, cuando había menos carga de trabajo. “Muchas empresas nos están diciendo que están perdiendo dinero ahora y entienden las peticiones que hacemos”, ha añadido.
Xulio Fernández, de la CIG, ha advertido de que la patronal “tiene que convocar sí o sí” la mesa de negociación, y ha atribuido a los empresarios la “responsabilidad” de que se ponga fin al conflicto. “Tienen que dejar de una santa vez de enviar comunicados que buscan dividirnos”, ha apuntado, y ha proclamado que la huelga “está siendo un éxito total”, y que “no tiene sentido que quien quiera estar en una mesa de negociación esté mintiendo e insultando”.
Finalmente, el representante de UGT, Rubén Pérez, también ha valorado el gran seguimiento de los paros, con una presencia “casi testimonial” de los piquetes, porque los trabajadores están parando “de forma voluntaria”. Asimismo, ha lamentado que “la patronal está jugando con una tremenda irresponsabilidad” porque las reivindicaciones son “legítimas y nada desproporcionadas”, y ha pedido “sentido común, en vez de estar lanzando comunicados incendiarios”.
Este viernes está prevista una nueva jornada de huelga en el metal de la provincia, y una nueva manifestación en la ciudad de Vigo. Además, los sindicatos mantienen convocados los paros del 12 y 13 de julio y ya han vuelto a advertir de que no aceptan la exigencia de la patronal de desconvocar las movilizaciones para volver a sentarse a negociar.