Encontrarse un transporte especial por las calles de Vigo era muy habitual hasta hace muy poco tiempo. Ahora son menos frecuentes, pero también se hacen y requieren un impresionante despliegue de medios. Trabajadores de Dóniz, efectivos de la Guardia Civil, Conservación de Carreteras, Policía Local de O Porriño y Vigo, empleados de la Autoridad Portuaria de Vigo y de seguridad del polígono de A Granxa. Unas 40 personas para completar un recorrido de casi 30 kilómetros entre la factoría de Gándara Censa y el muelle de Guixar.
En esta ocasión se trata de un molino de minería construido en la fábrica porriñesa con destino a China. Mide doce metros de largo, seis metros y medio de ancho y pesa 130 toneladas. Todo está calculado y hasta el mínimo detalle debe controlarse para evitar problemas en una ruta de casi cuatro horas por la autovía A-55, primero, y por las calles de Vigo.
Debido a su tamaño, los obstáculos son innumerables. Al pasar por Mos, es necesario retirar las pasarelas elevadas que cruzan la carretera. Las grúas izan los puentes como si se tratasen de las piezas de un puzle. No es la única barrera que se encuentran. Ya en Vigo, hay que girar semáforos, mover señales y circular en sentido contrario para llevar la enorme mole por la Gran Vía, en dirección a Praza de América, calle Coruña y Beiramar.
«Esta no es la más grande, la mayor pieza que hemos movido medía 9 metros de diámetro», señalan. Y es que Censa se ha convertido en la única empresa de Europa capaz de fabricar piezas de calderería para molinos de minería con un diámetro de hasta 15 metros. Alrededor de las cuatro de la madrugada, casi cinco horas después, la pieza es depositada en Guixar, desde donde realizará el viaje definitivo por vía marítima. Molino ‘made in Galicia’ para el sector minero de China.