Prácticamente a diario desde hace días, un grupo de activistas del colectivo Amigas das Árbores organizan encuentros nocturnos para colocar pancartas en contra de las talas que se están realizando en diferentes puntos de la ciudad. Esos carteles no llegan a ver la luz del día, ya que son retirados a las pocas horas.
«La última pancarta tan solo duró 24 horas», explica una de las integrantes de la organización, que bajo el paraguas de Amigas das Árbores aglutina a diversos grupos como Colectivo Cova o Fundación Nautilus y a otros colectivos y vecinos y vecinas que deciden sumar fuerzas a título personal.
En la última quedada, la noche del domingo, desplegaron una gran pancarta con el lema «Vigo (corazón) Arbores» en la falda de la ladera de O Castro, en la confluencia con la Avenida das Camelias, enfrente del edificio consistorial, que a primera hora de la mañana del lunes ya había desaparecido. Además de esa gran pancarta, se desplegaron otras que se colocaron sobre árboles y setos con lemas como «Se dera wi-fi non me cortaban», «Stop tallas» o «Nós vivimos aquí».
Algunos están ilustrados con temáticas infantiles y mucho colorido, mientras que otros escogen simplemente el blanco y negro para llamar la atención, Se trata de panfletos de diversos tamaños que tienen únicamente en común el hecho de que tratan de llamar la atención sobre la tala de los árboles. Según denunciaba la semana pasada Ecoloxistas en Acción, estas acciones del gobierno municipal suponen la desaparición de más de 1.000 árboles cada año en diferentes puntos de la ciudad en los últimos trece años, una cifra que, señalan, llega a alcanzar un total de 13.543 ejemplares, más de un millar de ellos con décadas de vida y de gran porte.
«Casi todos los días salimos unos u otros y estamos empapelando las zonas en las que se están realizando las talas», señalan desde el colectivo. Para este colectivo se trata de talas «injustificadas» e «injustificables», como la realizada en Manuel Olivié. «Se están talando todos los castaños de indias, con la excusa de que hay ejemplares enfermos. Por uno que cayó serraron media calle y la otra media espera por el mismo destino. No queda un árbol viejo en las calles de la ciudad», lamentan.
Salvemos a Barroca
Este mismo fin de semana el colectivo formó parte de una acción grupal en Navia para conformar la plataforma «Vigo Verde – Salvemos a Barroca» con la que defender la Carballeira de Casaliños, en Navia, ante la amenazada de que sea arrasada para desarrollar el proyecto Vigo Arena. En el acto, organizado por el Colectivo Cova, participaron cerca de un centenar de personas vestidas de color rojo.
Entre los primeros que alzaron la voz contra las talas estaban también los representantes del BNG de Vigo, que llevan años criticando de forma sistemática el «arboricidio» que se lleva a cabo en Vigo. A comienzos de marzo volvieron a hacerlo contra las talas de Manuel Olivié y el entorno de Fátima, señalando el portavoz del grupo, Xabier Pérez Igrexas, la necesidad de «poner fin» a estas prácticas para empezar a proteger y poner en valor el arbolado como elemento fundamental del ecosistema urbano. “Los árboles son mucho más que postes verdes, juegan un papel absolutamente fundamental en la ciudad para la mejora de la calidad de vida”, reivindicaba entonces.
«Vecinas» del Casco Vello
Y los últimos en unirse a esta «lucha» fueron un grupo de vecinas anónimas del Casco Vello que, según han manifestado, «observamos y queremos transmitir nuestra preocupación por una acción medioambiental del Concello de Vigo».
A través de un comunicado, este grupo, que prefiere también mantener el anonimato, han protestado por la «poda en verde» realizada en la Praza Doutor Cadaval del Casco Vello en pleno mes de marzo. «Son varias cepas de glicina, enredaderas que cubren unos pocos metros de la plaza y constituyen, junto con un pequeño número de arbustos menores, la única vegetación de la plaza de cemento», aseveran para, acto seguido, añadir que «las plantas ofrecen un lugar donde anidar a docenas de pájaros pequeños, especialmente gorrión común, una especie que se considera en riesgo. También otros pájaros pequeños como petirrojos, merlos o urracas, entre otros».
«Las podas no solo se están haciendo a destiempo, sino que son industriales y dejan a las plantas sin ninguna rama, luchando por sobrevivir», denuncia este grupo de vecinas del Casco Vello, que reclaman al Concello que abra «espacios de comunicación» con la ciudadanía.