Ha pasado mucho tiempo y quizás algunos no lo sepan o no lo recuerden, pero hace años (o incluso décadas) era muy complicado entrar en el Código de Barras. No por ser un local elitista o por su lejana ubicación sino porque toda la juventud de Vigo quería terminar la noche en él. Eran otros tiempos, en los que la zona de Samil hervía de madrugada. Pero poco a poco, sobre todo cuando al fin fue calando la incompatibilidad de consumir alcohol y ponerse a los mandos de un coche, los locales más alejados del centro comenzaron a languidecer.
Código de Barras, Public, Spectra o Minimal Moon son ya vestigios de otra época. Esas discotecas, que intentaron reconvertirse en varias ocasiones, acabaron cerrando. Hace poco se derribaron las instalaciones situadas junto al polideportivo de Samil y a la Xunqueira do Lagares por incumplir la legalidad urbanística. Ahora le ha tocado, por otras razones, al Código de Barras. El inmueble que permanecía en pie, evocando esos años de fiesta hasta el amanecer, es historia. Su demolición ya es un hecho. En casi un suspiro. Quien pasara por allí este martes vio ese edificio por última vez. Desde este miércoles ya no existe.
Por la mañana, varios operarios se encargaron de su derribo. Ese terreno sobre el que se asentaba dará paso a otra actividad muy diferente. Por allí, dentro de un par de años, pasearán los vigueses rumbo a la playa o, simplemente, dando una vuelta. Algunos irán a pie y otros en bici. El Concello de Vigo ha proyectado una senda de siete metros de ancho que compartirán peatones y ciclistas y que dará continuidad a la existente en la Avenida de Castelao.
Concretamente en ese lugar, situado en el ámbito de Cruceiro, se construirá un área comercial de 40.000 metros cuadrados impulsada por la multinacional Bricoman. Los planes iniciales pasan por abrir un Bricomart de grandes dimensiones y acompañarlo de otros establecimientos. El Ayuntamiento ha ido dando algunos pasos en materia urbanística para hacerlo realidad –en octubre se obtuvo el visto bueno medioambiental– y ahora los promotores han iniciado el acondicionamiento de la parcela, ubicada frente al Colegio Amor de Dios. El acuerdo alcanzado contempla que la empresa ceda un espacio lineal de 30 metros de ancho junto a la calzada para habilitar la citada senda.
En todo caso, en un par de años un compás bien diferente presidirá la Avenida de Europa, que archiva así su banda sonora.