El urbanismo vigués ya ha puesto los cimientos para librarse de forma inminente de uno de sus puntos negros. Esta misma semana comenzaron los trabajos para la rehabilitación del bloque de edificios situados en el número 1 de la Praza de Argüelles y número 7 de Elduayen, a solo unos metros de la Porta do Sol.
Se trata de un «fósil» en pleno centro de la ciudad, símbolo del feísmo en el kilómetro cero. Los inmuebles ruinosos que afeaban todo el conjunto fueron retirados entre finales de 2021 e inicios de 2022. Ahora toca reconstruir el agujero que ha quedado a la vista de todos.
La pieza es especialmente significativa no solo por su antigüedad, con más de un siglo de historia, sino también por su ubicación como nexo entre las zonas alta y baja del casco viejo vigués.
La promotora MCM Gestión de Recursos ya recibió el visto bueno del Concello para la rehabilitación con una inversión de 325.000 euros. También fue aprobada la dirección técnica en coordinación con la reforma de la Porta do Sol y la construcción del túnel que pasará bajo sus pies.
Seis alturas: cuatro plantas, sótano y bajo
El proyecto incluye la actuación sobre un bloque formado por un sótano, una planta baja y otras cuatro en altura para habilitar cuatro viviendas y un local comercial. En cualquier caso, la empresa tendrá que respetar las indicaciones del Pepri.
En el caso del edificio de Argüelles está catalogado con nivel de protección ambiental, por lo que la promotora deberá respetar las fachadas de piedra, balcones y barandillas, carpinterías de madera y chimeneas. Por su parte, el inmueble de Elduayen carece de la catalogación y el Concello permite restaurar el inmueble para devolverle su imagen original, obras de consolidación y refuerzo y la reforma de la fachada. En cualquier caso, prohíbe aumentar su volumen.
Esquina con Porta do Sol
En esta misma zona, en pleno corazón de Vigo, pero justo enfrente de ambos edificios y haciendo esquina con la Porta do Sol, fue reformado hace ahora cuatro años un inmueble obra de Jenaro de la Fuente, lo que adecentó todo el conjunto urbanístico. Precisamente, el proyecto corresponde a los mismos arquitectos vigueses, Santiago Castro Paz y Francisco J. Mariño Mendoza.