El CEP Celso Emilio Ferreiro de Vigo, situado en pleno barrio vigués de Coia, lleva años demandando el mantenimiento y la mejora de las instalaciones del centro educativo. Algo que no es exclusivo de este colegio ya que son muchas las dotaciones escolares que, a través de Foanpas y de las propias direcciones educativas, se han quejado de situaciones similares.
Sin ir más lejos, en el inicio de este curso académico, los niños y niñas del CEIP Altamar acudieron a clases con cascos en una simbólica y reivindicativa protesta tras una campaña iniciada por los padres y madres.
Pero estas últimas semanas le ha tocado el turno al Celso Emilio Ferreiro. Y es que los padres y madres de los alumnos y alumnas del colegio están viviendo días de angustia debido al «lamentable» estado en el que se encuentra la cubierta del centro y que ha provocado desprendimientos y la caída de cascotes con la necesaria presencia de los Bomberos de Vigo, que han tenido que actuar en varias ocasiones y que, finalmente, han llegado a precintar ciertos accesos a las dependencias educativas por el peligro que conlleva para los escolares y para el resto de la comunidad educativa.
«A pesar de las numerosas solicitudes, escritos, informes y peticiones hechas a las administraciones, nadie se hace cargo. Esto supone un peligro para la comunidad educativa, la humedad, la caída de cascotes y el peso que acumula la cubierta son un riesgo para nuestro bienestar. Queremos solución ya».
Así reza la proclama que el Anpa Moraima está distribuyendo a través de las redes sociales con imágenes en detalle de la situación actual de la infraestructura educativa, en la que destaca la cubierta «vegetal» que ya tiene el colegio debido a la gran cantidad de musgo acumulado a lo largo de los años pero también la cantidad y tamaño de los cascotes y de las tejas que han tenido que retirar los bomberos por el riesgo que conllevaban a causa de los primeros desprendimientos de la cubierta del edificio principal del colegio.
De hecho, y según explican socias del Anpa, a finales del mes de marzo «tuvieron que cerrar» la entrada principal por dichos desprendimientos, extendiendo el precinto al acceso a la biblioteca días después y por recomendación de los propios Bomberos, que volvieron por última vez el pasado 10 de abril «porque caían tejas y cascotes», detallan, llegando a decirles «que cerraran la puerta de la biblioteca».
Tras ello, y después de las vacaciones de Semana Santa, la situación sigue igual o incluso peor debido a las lluvias caídas durante los días festivos.
Es más, esta misma semana, desde la dirección del centro han llegado a enviar avisos a los familiares de los alumnos y alumnas a través de la aplicación Abalar en la que informan del cambio de acceso debido al actual precinto de la entrada al colegio. «Nos vemos en la obligación de cambiar el acceso al centro escolar. La entrada al edificio principal se realizará por el patio cubierto donde se hacen las filas de 3º y 5º», explican, apuntando que esta medida afectará al alumnado que llega tarde e, incluso, a las familias que tengan que acercarse al colegio a realizar cualquier trámite.
Con todo, desde el Anpa insisten en que las reclamaciones sobre las reparaciones del colegio las llevan solicitando al Concello -que son los encargados del mantenimiento de los centros educativos de la ciudad- desde hace años.
Sin embargo, ahora ya dudan de que desde el departamento municipal se vayan a hacer cargo de los mismos. «Ahora los daños ya son tantos que no sabemos si es ya la Xunta quien tiene que cambiar el tejado», se cuestionan estas madres y padres afectados. Mientras, siguen a la espera al tiempo que los alumnos y alumnas se acercan con cautela cada vez que tienen que acceder al centro educativo.