La necesaria reforma del paseo de Bouzas, en el margen más cercano a las viviendas del barrio, apura sus últimos trabajos antes de que concluir dentro de poco más de un mes. El horizonte temporal que maneja la dirección de obra sitúa el final de la remodelación en principios de mayo, aunque el plazo más conservador fija como fecha tope la celebración de la Brincadeira (días 13 y 14 de ese mes).
Esas son las estimaciones que recibió este viernes en primera persona el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que visitó la zona acompañado de integrantes de su equipo de gobierno. Allí, como es habitual, el personal de la obra le puso al día sobre el devenir de los trabajos en este margen del paseo, competencia municipal. La otra orilla, alrededor del campo Baltasar Pujales, pertenece a la Autoridad Portuaria de Vigo, que confía en acabar su parte en junio.
El espacio más próximo a los locales de hostelería, que esperan con ganas que se complete esta mejora, ya tiene tramos del paseo con la madera instalada. Además, se avanza en la creación de áreas verdes y de descanso con bancos, asientos e incluso tumbonas. Al lado de los establecimientos, llamarán la atención las diferentes zonas con pérgolas, que tendrán vegetación al estilo de lo que ya sucede en la Ronda Don Bosco. Algunas están en proceso de instalación, otras con las estructuras preparadas para ello.
Pero los elementos que más impactan a la vista son los nuevos graderíos habilitados en el ámbito más cercano a la VG-20. A través de media docena de escalones, se podrá acceder a la playa, algo que antes no ocurría en este punto del paseo. En su lugar había una especie de escollera poco estética. Además, la cota existente impedía bajar a la arena.
Está previsto que estas gradas sirvan también de punto de encuentro donde descansar, charlar o incluso tomar el sol. Al igual que en el césped que habrá en las proximidades, junto a un jardín vertical. Con esto se pretende acercar a la gente al medio natural. Precisamente “volcar la ciudad hacia la playa”, para la que se ha solicitado por primera vez la bandera azul, era uno de los objetivos que se enfatizaban al iniciar esta actuación. Adicionalmente, habrá tres zonas de acceso al mar y una que podrá ser utilizada por personas con movilidad reducida.
Asimismo, se instalarán puntos de información con paneles explicativos, cargadores de USB o aparcabicis. También se renueva la iluminación y el saneamiento.
Una reforma muy demandada
La reforma de la senda discurre entre la iglesia de San Miguel y el puente de la VG-20 y abarca casi 8.000 metros cuadrados de superficie y casi medio kilómetro de longitud. Ese tramo arrastraba un deterioro evidente. El suelo voladizo, que ahora desaparece, estaba vallado debido a su mal estado y a los accidentes sufridos por algún viandante.
La empresa Civis Global lleva sumida en las labores de remodelación desde noviembre de 2021. Aunque el plazo de ejecución teórico ascendía a once meses, la intervención se completará pasado un año y medio. El Concello de Vigo invierte en ello 3,2 millones de euros.
Según Caballero, la obra está quedando “extraordinaria” y pone en valor la playa que surge en las bajamares. “De repente, el paseo se convierte en un graderío y uno ve las rocas, la arena, el mar, el subir y bajar la marea… Todo mientras está descansando”, resumió “entusiasmado”.