Vigo cuenta desde este 3 de diciembre con sus primeras rampas mecánicas en plena calle. Y no en una calle cualquiera: en la Gran Vía. Unas cintas transportadoras que se unen a las escaleras de Segunda República o a los ascensores de Marqués de Valterra, Pi y Margall, San Salvador, Camelias… La ciudad sigue fomentando su movilidad vertical, que le ha valido un premio europeo y también ha sido posible gracias al uso de fondos comunitarios.
La inauguración ha estado rodeada de la habitual pompa que el alcalde de Vigo imprime a estos actos, con actuación de piano incluida. Tras ello ha llegado el momento de la ciudadanía, que ha podido probar las rampas y conocer en primera persona el resultado de la reforma empezada en julio de 2019 y culminada ahora, poco antes de la Navidad y del puente de la Constitución. Su horario de funcionamiento será el mismo que el de los ascensores: de domingo a jueves, de 07.00 a 23.00 horas; los viernes y los sábados, de 07.00 a 24.00 horas.
No fueron pocos los que se subieron a las rampas en la primera ocasión, evitando así llegar exhaustos al final. Otros optaron por la vía habitual, usando la acera y su propio esfuerzo. Todos, en cualquier caso, pudieron pasar revisión a la remodelación de la zona, que se extenderá a toda la Gran Vía si los planes del alcalde salen adelante. Adornos escultóricos, zonas de descanso, una pantalla gigante, mucha vegetación y pórticos multicolor son algunos de los elementos que se pueden encontrar en esta nueva Gran Vía.
Los transeúntes también se toparán a lo largo de estos 210 metros de bulevar un total de 207 árboles, 710 arbustos de interior y numerosas plantas de temporada. Lo que ha desaparecido son los paneles solares que se colocaron durante las obras a modo de prueba. Desde VIGOÉ también nos hemos subido a las cintas transportadoras y éste ha sido el resultado.