Amaneció con nubes, incluso con alta probabilidad de lluvia, pero a media que pasaron las horas las temperaturas permitieron acudir a los arenales de Vigo. Era la primera jornada del verano y, pese a que la gran mayoría renunció a pasar un día de playa, muchos arriesgaron y se acercaron para darse un remojón en la Ría de Vigo. Por la mañana, el alcalde había inaugurado las cintas rojas que marcan las cuadrículas de seguridad en Samil y O Vao. A los pocos minutos aparecieron los primeros bañistas y ya por la tarde la afluencia fue en aumento. También hubo afluencia en otros arenales como en O Cocho, A Fonte, Os Olmos, Mourisca, Alcabre… sin ninguna cinta y con la «nueva normalidad» autoregulada sin problema.