La Xunta de Galicia, a través de Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes, acaba de licitar por 19,4 millones de euros las obras de rehabilitación del edificio de los antiguos juzgados que se destinará a asociaciones y entidades sociales de la ciudad de Vigo.
La actuación se realizará sobre una superficie total construida de 12.681 metros cuadrados (dos sótanos, planta baja, entreplanta y seis plantas) y cuenta con un presupuesto base de licitación de 19.394.203 euros.
El proyecto ha sido diseñado por el arquitecto Alfonso Penela, responsable también de la reforma de la Ciudad de la Justicia, y contempla, al igual que en el antiguo hospital Xeral, una revitalización del entorno con un inmueble funcional y abierto a la ciudadanía. El anteproyecto presentado por el prestigioso arquitecto fue el elegido en el concurso de ideas previo, por lo que se le encargó el desarrollo de dicha propuesta ganadora.
Según se explica en el proyecto, el inmueble está llamado a «mejorar» la zona en la que se asienta, ya que «la urbanización que hoy en día arropa el edificio y su relación con el entorno es claramente mejorable».
Por ello, la propuesta plantea elevar el edificio dos plantas del suelo para crear un gran atrio o soportal en el área de entrada para que todo el perímetro de estas dos plantas sea permeable visualmente mediante un cierre continuo de muro cortina.
Así, la reforma incluye la reconversión de la actual planta -1 en la nueva planta de acceso, para lo cual propone retirar el actual aparcamiento exterior existente entre el edificio y la sede de Hacienda, rebajando el terreno para que el exterior quede en continuidad con la nueva planta baja.
Este acceso pasará a estar configurado por una plaza-alameda y el encuentro entre esta nueva plaza-alameda y la calle Lalín se realizará mediante una escalinata que a su vez funcionará como grada.
Con esta estrategia además de mejorar el acceso al edificio, se pretende crear un nuevo espacio verde de calidad ligado al edificio sustituyendo el asfalto del aparcamiento por una plaza-alameda. Se plantará un bosque reticular, con una retícula análoga a la estructura del edificio, que filtre el entorno y abrace el edificio.
Con ello se construirá un espacio previo común a todos, óptimo y deseado, que prolongará el plano de vida y acceso al edificio, la nueva planta baja.
De este modo la propuesta intenta integrar y devolver visualmente y espacialmente la planta baja y sus usos a lo público, entendiendo este plano casi como una continuidad del espacio exterior.
Esta teórica continuidad dignificará a ambos junto con la peatonalización y arborización del aparcamiento que será una antesala del edificio. Un elemento importante en esta continuidad será el soportal a doble altura que arma la entrada principal tanto desde el lateral en la calle Lalín como desde todo el frente en el área del actual aparcamiento exterior.
La actual planta baja se romperá creando un gran vacío sobre la nueva planta baja y se convertirá en una entreplanta, quedando el edificio así con una planta baja de gran altura con gran transparencia hacia la plaza-alameda y en la que se desarrollará la vida pública del edificio.
En la nueva planta baja se sitúa un gran espacio diáfano multifuncional a doble altura con la sala de exposiciones, la cafetería, la hemeroteca y el nuevo auditorio para 378 personas que se sitúa en la parcela triangular sita al oeste.
Este triángulo actualmente es un área a espaldas de todo, casi residual. Se da un buen uso al triángulo, colocando el auditorio ahí, sin interferir en el resto del edificio, de luces estructurales casi domésticas, de tal forma que el auditorio se incrusta sutilmente en el edificio haciendo una intervención mínima en el edificio, apeando un pilar en la conexión entre el edificio y el nuevo volumen del auditorio.
El auditorio pasa a ser una pieza casi autónoma que únicamente tiene su acceso por la nueva planta baja, la planta pública del nuevo edificio.
En la nueva entreplanta se sitúa el área de oficinas, aislada del ruido de planta baja pero relacionada visualmente con esta a través de sus muros cortina interiores.
Las cinco plantas altas albergarán el nuevo programa de necesidades de 23 locales por planta para asociaciones y entidades sociales.
Estas plantas se unen dos a dos, (planta par y planta impar), en torno a un espacio central a doble altura, que coincide con la posición que actualmente ocupan los núcleos de comunicaciones verticales y los patios de luces del edificio.
Estos espacios a doble altura se configuran como un atrio multifuncional que funciona como un pequeño salón de actos efímero y un gran hall en el que se sitúa un graderío que une ambas plantas y en el que se podrán acoger actos de menor escala y más informales a los realizados en el salón de actos de planta baja.
Para potenciar esta unidad de plantas unidas dos a dos, se realizan patios ajardinados que introducen luz y perspectiva del exterior al espacio de atrio central.
Estos patios se van desplazando de posición cada dos plantas, dando una mayor movilidad a las fachadas y facilitando la sectorización de incendios del edificio.
Las cinco plantas estarán rodeadas por una pasarela de trámex para instalaciones y mantenimiento en las que se situarán jardineras para colocar vegetación en las fachadas.
Siguiendo con esta configuración de plantas dos a dos, la planta sexta se une a la planta quinta para configurar ese atrio multifuncional que además en este caso se ajardina para unirse con la planta de terraza-jardín que se realiza en la planta sexta, y desde la que se tienen unas magníficas vistas sobre la ría de Vigo.
En esta plana se crea un espacio de office-cafetería de uso interno ligado a máquinas de vending.
Una vez eliminados los núcleos de comunicaciones verticales existentes y establecidos los nuevos, en las plantas sótano se mantiene el programa de aparcamiento pero, se hace una labor de ordenar las circulaciones y las plazas de aparcamiento para que no haya pilares en medio de las calles de circulación como pasa actualmente.