Aunque las obras de musealización no han terminado todavía, el Concello de Vigo se ha apurado a abrir al público las galerías subterráneas de O Castro en plena campaña electoral. Abel Caballero anunciaba el pasado jueves doce días de visitas guiadas, entre el 15 y el 26 de mayo. Una actividad que por ahora solo se ofrecerá durante las jornadas previas a la cita con las urnas, y que se ha puesto en marcha este lunes.
Un experto explica a las personas asistentes el origen y el motivo de la construcción de este túnel, del que historiadores y escritores como Pedro Feijóo informaron al alcalde hace varios años, sin mucho éxito. Ha habido que esperar hasta ahora para poder acceder a esta zona desconocida para la ciudadanía de Vigo gracias a una intervención que se está desarrollando en tres ámbitos: las galerías, el patio de armas y el resto de la fortaleza.
El objetivo es introducir a la población en los episodios bélicos de 1719, cuando el ejército inglés invadió Vigo. La flota británica desembarcó en Coruxo y en Samil para luego tomar Bouzas y provocar la capitulación de la villa. Pese a esa rendición, un grupo de 800 personas -400 soldados y 400 milicianos- se encerraron en la fortaleza de O Castro negándose a la sumisión. Fue entonces cuando los ingleses iniciaron un intenso bombardeo sobre el monte vigués.
Esa sensación de asedio y caos es la que impregna al visitante cuando entra por el túnel. Sonidos de batalla rodean a cada asistente al igual que la piedra en la que se excavó esta galería. Se logra así una experiencia inmersiva que tiene como “leitmotiv” la defensa de Vigo. Sobre esa base se asientan los trabajos de musealización, aún en marcha en algunas zonas y con previsión de terminar en junio. Será entonces cuando vigueses y turistas puedan disfrutar de una oferta más completa.
Las visitas duran algo menos de media hora. En ese tiempo se recibe una explicación didáctica y se recorren unos 60 metros excavados en roca, que cuentan con iluminación renovada y todas las garantías de seguridad. La altura cambia a lo largo del trayecto, pero permite el paso de las personas. El ancho ronda el metro y medio.
Al llegar al final de la galería, se inicia una subida hacia los baluartes y el polvorín. Estas zonas se están recuperando para reconstruir al máximo la batalla naval y ofrecer otro atractivo turístico. El polvorín ejercerá como una sala de exposición para explicar lo ocurrido en 1719.
También se prevén actuaciones en los recintos defensivos de la parte alta para instalar piezas de acero inoxidable que relaten cómo eran los baluartes de defensa de la ciudad.
Esta nueva revalorización de la fortaleza viguesa, que se une a la ejecutada en 2020, cuenta con un presupuesto de 1,4 millones, pagados prácticamente en su totalidad por el Gobierno de España.