Las minas de Sanfix en Lousame, la playa Virxe de Camiño en Muros, la pastera de Ence en Pontevedra, los rellenos en la ría de Vigo, el ayuntamiento de Burela y la playa de Altares en Foz se han llevado este 2021 las ‘banderas negras’ que cada año otorga en Galicia la organización Ecologistas en Acción, que las ha dado a conocer en una rueda de prensa en Vigo.
Depuradora (Burela)
Si el Ayuntamiento de Burela y también la Xunta de Galicia son merecedores de una bandera negra es por los vertidos de aguas residuales sin el tratamiento adecuado, deficiente desde hace años, según ha denunciado Laura Saleta, miembro de la citada organización, quien ha subrayado que ambas administraciones llevan años anunciando la ampliación de una EDAR que no se produce.
La EDAR “acumula incumplimientos”, y aunque tiene capacidad para gestionar los residuos de la población de Burela, que no llega a los 10.000 habitantes, se ve desbordada por los residuos que genera la industria local y, sobre todo, por la «presión demográfica ejercida por el turismo en época estival” que hace insuficiente su capacidad.
Virxe do Camiño (Muros)
En cuanto a la playa Virxe do Camiño, en Muros, los resultados del análisis de la calidad del agua para el baño muestran desde 2015 unos resultados que superan los valores máximos permitidos por la normativa para bacterias como los esterococos intestinales, lo que provocó el cierre del arenal.
Según Catalina Coya, existe contaminación por materias fecales de aguas residuales domésticas y de vertidos de agricultura y ganadería de la zona, un problema que aumenta con las lluvias, a lo que hay que añadir el mal funcionamiento de la estación de bombeo, que se avería con frecuencia, explicó.
Altares (Foz)
Miriam Leiros, de Ecologistas en Acción y Teachers for Future, fue la encargada de otorgar la bandera negra a la playa de Altares a causa del proyecto de estabilización por un conjunto de dragado y construcción de un espigón que desprotege a las aves en una zona que es parte de la Red Natura 2000.
“La UE considera que todas las aves son patrimonio común y deben ser protegidas. La catalogación de especies como vulnerables implica precisamente la elaboración de un plan de protección que no se ha hecho y que no se tiene en cuenta cuando se hace este dragado”, ha explicado.
Sanfix (Lousame)
Las minas de Sanfix, en Lousame, a menos de diez kilómetros de la ría de Muros y Noia, “vierten directamente en el río unos elevados ratios de cadmio, cobre y zinc”, según ha explicado Ricardo Suárez, de la Asociación Mina e Ría ou Minería.
Tras un siglo de actividad, los drenajes en sus galerías vierten una cantidad de zinc y cobre que supera 17 veces el máximo permitido y, lo que es más grave, unas 160 veces el máximo permitido de cadmio, que es un elemento químico cancerígeno.
“Hablamos de unos 50.000 litros/hora que se vierten directamente sobre este río, con las consecuencias obvias de problemas de salud pública y para las actividades agroganaderas del municipio”, ha dicho Suárez, a lo que ha sumando el “problema de las presas, que fueron construidas hace casi 100 años con millones de metros cúbicos altamente contaminantes”.
Ence (Pontevedra)
En cuanto a la pastera de Ence en la ría de Pontevedra, sigue acumulando banderas negras, como ha dicho Benito Andrade, de la Asociación por la Defensa de la Ría, quien denuncia que “se superan los límites de materia orgánica que establece la ley de aguas residuales” con un volumen de vertido de 35.000 metros cúbicos diarios en una ría que tiene problemas de renovación de agua
Además , se ha detectado contaminación microbiológica que está afectando a los bancos marisqueros, hay emisiones gaseosas, episodios olorosos que provocan molestias en la ciudadanía y un riego permanente de “susto medioambiental”, como dijo el presidente de la propia compañía.
Benítez ha subrayado, además, que Ence es “determinante» en la política forestal de Galicia, ya que alimenta la sobreproducción de eucalipto para mantener bajos los precios, con el riesgo de erosión, incendios y “daños medioambientales importantísimos” que ello supone para Galicia, sonde ya hay 600.000 hectáreas de esta especial, la cual está rebasando sus áreas de expansión.
Rellenos (Ría de Vigo)
La última bandera negra es para los rellenos en la ría de Vigo, los que ya se han hecho y los que se quieren llevar a cabo, tal y como ha explicado Sergio Regueira, de la Asociación Para la Defensa de la Ría de Vigo-Cíes.
Según sus cálculos, se han rellenado hasta el día de hoy unos cinco millones de metros cuadrados, lo cual supone que se vertieron a la ría alrededor de 50 millones de metros cúbicos de tierra, piedras y materiales procedentes de construcciones “sin ningún tratamiento previo ni barreras de protección en la ría”, lo que ha inutilizado bancos marisqueros que “hoy no producen nada”, indicó.
Ante la insistencia del Puerto de Vigo y los empresarios en la necesidad de hacer más rellenos, esta organización trata de convencer a las administraciones de que nos son necesarios porque “hay industrias en terreno portuario que pueden estar en polígonos industriales, que hay un montón de ellos vacíos en Pontevedra y en toda Galicia”.
Ecologistas en Acción, además, se ha referido a la pandemia de la Covid, la cual, señalan, procede de una zoonosis producto de la pérdida de diversidad que ha puesto sobre la mesa la vulnerabilidad de nuestra especie, mientras que ha señalado el incremento de residuos sanitarios que se suman a los microplásticos que ya inundaban todas las zonas costeras.