Pero hablamos de Vigo y, digamos, que una ciudad complicada, difícil y algo inestable en lo político. Y es que el factor público también tiene un papel destacado en la particular terraza con vistas al Berbés. Pero no fue lo único, en la coctelera de esta zona están todos los ingredientes perfectos para el desastre. Hay futbolistas, héroes del campo con la billetera llena metidos a promotores casi suicidas. También están los bancos de crédito fácil. El panel ‘semicaído’ de BBVA en la fachada del asilo es el mejor ejemplo. En 2005 el crédito fluía para mileuristas, ¿cómo no se iba a conceder un mastodóntico préstamo a unos jugadores bien posicionados?
Y es que el nombre también se precisaba para el tercer factor. El proyecto habla de 23.000 metros cuadrados en pendiente para levantar 370 viviendas. Una auténtica transformación con las Islas Cíes en el horizonte. Por supuesto, incluía un centro comercial y atendía poco a los posibles elementos patrimoniales existentes. Pero, ¿qué más da? Eran tiempo de construcción masiva, de vender sobre plano, de obras ‘llave en mano’. Sólo que las verdes parcelas del asilo y terrenos colindantes tenían un problema más. La política, la compleja política de Vigo. En cualquier otro sitio, se hubiera arreglado el proyecto urbanístico o ‘pelotazo’. No miren hacia otro lado, todos sabemos el método.
Y la ciudad carecía de Plan Xeral de Ordenación Municipal. Y ahora habría que preguntarse, ¿cómo se puede meter tanto dinero en un proyecto sin ninguna garantía legal? Pregunten a Karpin & Asociados y a las entidades financieras. Igual es que no contaban con la lentitud, a la par que ineptitud política. El PXOM tardó en confeccionarse y cuando salió, cambió el gobierno autonómico y aparecieron trabas, después también cambió la silla en Praza do Rei y las normas fueron reformadas. Por cierto, todo hay que decirlo, el PXOM era un hijo, al igual que Barrio do Cura, de los tiempos de la burjuba. Imagínense lo que contenía en la primeras versiones…
Y así, el visto bueno no llegó hasta 2014 cuando España y Vigo ya transitaban por una crisis galopante y el Barrio do Cura ya estaba convertido en la absoluta marginalidad de Vigo. Millones de euros enterrados en compra de edificios en ruinas y miles de metros cuatrados de suelo. Créditos sin pagar, posibilidad de ejecuaciones hipotecarias que se aplazan y también cambios en la propiedad de la promotora original de Karpin & Asociados. la de los dos futbolistas que iniciaron el proyecto. Los promoteres, el propio Karpin y Míchel Salgado, residen muy lejos de Vigo. Sin embargo, aún no fue el último capítulo. Todavía hay más.
El PXOM fue declarado ilegal, gracias a la obra y gracia de la clase política (lo que daría para otro artículo). También lo es el PERI que afecta al Barrio do Cura. Y así, en 2016, la zona es como una especie de basura urbana de más de una veintena de millones de euros en pleno centro de Vigo. Edificios para el derrumbe, otros con el esqueleto, árboles, maleza, escombros… En definitiva, el deterioro. Y, además, ¿alguien piensa que, en la actualidad, serían tan fáciles vender las 370 viviendas proyectadas? ¿Qué precio tendrían tras la inversión realizada?
Okupas, indigentes, incendios y un huerto
El antiguo asilo todavía corona el barrio do Cura. Tiene ventajas rotas, sufrió incendios y fue ‘okupado’. El portal de entrada está entreabierto para que pueden acudir indigentes o la policía pueda controlar que no se produzcan excesos. En la parte baja, casi en O Berbés, permanece un edificio con su esqueleto de cemento y agua estancada «es insalubre, alguien va a coger el dengue», me dice una señora de la zona que tira de su carrito de la compra. Curiosamente, en la parcela contigua y elevada funciona una guardería. Paisaje urbano, los vecinos hacen mucho que dieron por perdida la zona.
Sin embargo, todavía hay ciertos irreductibles. De los indigentes ‘okupas’ de los primeros tiempos quedaron herederos y pueden encontrarse en algunas parcelas cerradas con una cadena y un candado. En un portal metálico se distingue a la perfección «HORTA colectiva okupada autoxestionada do Berbés». También cerrada a cal y canto, por encima del muro de bloque se observan las flores de las patatas en su tiempo. Igual es lo más productivo de todo el barrio. Después de tantos años, los cultivos agrícolas es lo único que crece en en los 23.000 metros cuadrados de terreno mientras el panel del BBVA sufre una nueva mancha. Su lenta autodestrucción es el paradigma, la imagen de años pasados, años en los que comenzó una historia a la que aún le quedan capitulos y, hasta el momento, todos son ruinosos.