Ni comida, ni tabaco. Así será el regreso de los bañistas a las playas de Vigo con la entrada en funcionamiento de la «nueva normalidad». El alcalde, Abel Caballero, inauguró este domingo la puesta en funcionamiento de las cintas que durante este verano marcarán las cuadrículas y el aforo en los dos principales arenales: Samil y O Vao. Cada segmento de 64 metros cuadrados tendrá una ocupación máxima de 10 personas, en función de si son convivientes, y el paseo de Samil tendrá marcadas las direcciones peatonales para que los usuarios circulen siempre por la derecha y no se crucen. En cualquier caso, el alcalde confirmó que no se podrá comer en ningún arenal del municipio (en un principio también respondió a preguntas de los periodistas que la bebida quedaba igualmente prohibida, pero posteriormente el Concello descartó esa prohibición). El tabaco queda también restringido en Samil, aunque aludió a la nueva ordenanza todavía en tramitación.
«Se prohíbe comer en la playa y en las zonas verdes porque los alimentos quedan en la arena y estamos en una pandemia. Si alguien incumple, se tendrán que ir, la Policía la advertirá y lo desalojará», señaló Caballero al ser preguntado por una prohibición que extendió a todos los arenales de Vigo. En cuanto al tabaco, el alcalde recordó que ya está en marcha la nueva ordenanza que regulará las playas libres de humo, pero insistió, a preguntas directas sobre fumar, que también se prohíbe «en todas las playas».
El acto de inauguración en la playa de Samil se llevó a cabo con escasa afluencia de bañistas debido a la mañana gris que se registró en Vigo este domingo. Abel Caballero explicó cómo se llevaría a cabo el montaje de las citas cada día y también puntualizó sobre el aforo que tendrán. «Entre 30.000 y 40.000 personas podrán estar con absoluta seguridad en las dos grandes playas de la ciudad, tendremos 100% de seguridad, se lo quiero decir a la gente de Vigo y de toda España, queremos que vengan, estamos encantados», aseguró Caballero en una llamada al turismo nacional.
Con la desescalada y la relación de las medidas de seguridad, las 2.000 parcelas (1.000 en arena y 1.000 en zonas verdes) podrán tener un aforo máximo de 10 personas, puesto que ahora la distancia social se fija en 1,5 metros. «Las cintas se despliegan todos los días a primera hora; a las 9 de la noche se recogerán las cintas y comenzará la limpieza, manual y con grandes tractores para tamizar la arena», apuntó el alcalde.
La playa contará con cintas de color rojo para marcar las cuadrículas que podrán usar los bañistas. También habrá zonas verde que delimitarán los accesos a la playa, tanto de entrada como salida. En esta zona no se permitirá la estancia, ya que está reservada para el paso. Según explicó Abel Cabalero, también habrá espacios con flechas, que indican zona de movilidad entre espacios, serán unidireccionales y solamente de forma paralela al paseo.
Las personas con discapacidad tendrán zonas tarimadas con madera. También explicó que serán retiradas las mesas y los bancos, de forma que no se podrá comer en esas zonas, y se señalizarán espacios que «ayuden como referencia para mantener las distancias de seguridad».